lunes, 18 de febrero de 2013

Quien tiene la razòn? Pro-Mineros o Ecologistas ?

Perú. Con mina arriba ¿más agua abajo? La verdad sobre los reservorios de Minas Conga 

por Wilder A. Sánchez Sánchez
Lunes, 18 de Febrero de 2013 11:31

Estudio sobre el Proyecto Conga de Minera Yanacocha desbaratando la campaña de la prensa pro minera peruana y el Gobierno Central, de que el Proyecto Conga proveerá más agua que la que proveen las lagunas que serán destruidas.

Introducción.
Como ya es de dominio público, el Proyecto Conga de Minera Yanacocha S.R.L. (filial de Newmont Mining Co., Buenaventura y el IFC del Banco Mundial) está ubicado en los distritos de Huasmín y Sorochuco de la provincia de Celendín y La Encañada de la provincia de Cajamarca, a una altitud que va de los 3 700 a los 4 262 msnm, en las cabeceras de cuenca de los ríos Chirimayo, Chugurmayo, Jadibamba, Toromacho y Challuagón.  Estos ríos dan origen, a su vez, a otros de recorrido más largo: el Chirimayo y el Chugurmayo son afluentes del Río Sendamal; el Sendamal y el Jadibamba se unen y forman el Río La Llanga (provincia de Celendín); el Toromacho es afluente del Quengorío y éste, a su vez, del Río Llaucano (provincias de Hualgayoc y Chota), y el Río Challuagón es el tramo superior del Río Grande (del Sur), que se une más abajo con los ríos Azufre y Quinuario, formando el Río Chonta, y éste último con el Mashcón, en el valle de Cajamarca, formando el Río Cajamarquino (provincias de Cajamarca, San Marcos y Cajabamba).
En un trabajo anterior a éste (¿Por qué el Proyecto Conga es inviable?, 1a. y 2a. ed.) se analizó la inviabilidad de Conga detallando cuáles serían sus impactos potenciales negativos en tres áreas o campos: 1) en el agua, tanto superficial como subterránea; 2) en el ecosistema en su conjunto, y 3) en las actividades productivas y el desarrollo.  El referido documento, en su 2a. ed.,  tiene un acápite en el que se dan cuatro razones explicativas de por qué los cuatro reservorios con los que Minas Conga pretende reemplazar a las lagunas que quiere destruir jamás cumplirán las funciones ambientales y sociales que tienen éstas.
Este nuevo documento técnico es específico sobre los reservorios; se ratifica todo lo señalado en el anterior con respecto a éstos, pero se hace una evaluación mucho más detallada de sus posibilidades con respecto a las funciones de las lagunas y de los sistemas hidrológicos existentes, comenzando con un análisis comparativo de las capacidades de las lagunas y de los reservorios proyectados.  Para ello se ha tenido en cuenta, principalmente, la información técnica contenida en diversas secciones, anexos, tablas y planos del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga, elaborado por Knight Piésold Consultores S.A. (febrero del 2010), información que ha sido minuciosamente comparada y estudiada con un enfoque de cuenca y ecosistémico; también se han tenido en cuenta aspectos muy puntuales de otros estudios, como el del hidrogeólogo Robert E. Moran El Proyecto Minero Conga, Perú: Comentarios al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y Temas Relacionados, y el llamado Dictamen Pericial Internacional. Componente Hídrico del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Minero Conga (Cajamarca – Perú), que hicieron los expertos extranjeros contratados por el ex Primer Ministro Oscar Valdés.
En esta foto satelital se observa la actual zona de operaciones de Minera Yanacocha en las cabeceras de cuenca de los ríos Grande y Chonta de la Provincia de Cajamarca y la extensa zona devastada por los grandes tajos abiertos y otros movimientos de tierras. El Proyecto Conga destruiría total o parcialmente cinco cabeceras de cuenca.  (Foto: Google Earth, 2011).
Minera Yanacocha ha venido sosteniendo y sostiene, tanto a través de sus directivos y funcionarios como en sus documentos oficiales, que su Proyecto Conga proveerá más agua que la que actualmente proveen las lagunas para las actividades agropecuarias de las comunidades.  En febrero del 2012 la empresa difundió masivamente con los diarios que se editan en Cajamarca y con algunos diarios de Lima un suplemento contratado, titulado EL AGUA PRIMERO, LA MINA DESPUES; en una de las páginas centrales del suplemento se puede leer la siguiente aseveración: “Con mina arriba más agua abajo”.  Esta y otras promesas de la mina han sido repetidas muchísimas veces por ciertos periodistas y varios medios de comunicación, sobre todo de la capital peruana.  En este documento se analiza si esta promesa podrá cumplirse o no: he aquí el porqué de su título.

Relación de los reservorios con el proyecto minero Conga.
Los proyectos mineros atraviesan al menos cuatro fases: 1) exploración, 2) construcción, 3) explotación, 4) cierre; con las legislaciones actuales se considera, incluso, una quinta: post cierre y abandono.  Las tres primeras fases involucran actividades gravemente dañinas para el medio ambiente, como por ejemplo las profundas perforaciones que se realizan en la fase de exploración para determinar a cuánto ascienden las reservas de los minerales a ser explotados.
En el caso concreto del Proyecto Conga, la fase de exploración se realizó desde el 2004 hasta el primer trimestre del 2011, habiéndose hecho decenas de miles de perforaciones y calicatas, entre otras actividades destructivas del medio ambiente.  Cuando estalló el conflicto, en noviembre del 2011, Minas Conga ya había entrado en su fase de construcción.  En esta fase, que duraría 42 meses, se ha programado la construcción de todas las carreteras o vías: externa hacia el área del proyecto e internas dentro del área; asimismo, la construcción de las instalaciones de mina, de las instalaciones de procesamiento, de las instalaciones de manejo de relaves, de las instalaciones de manejo de agua y de las instalaciones auxiliares; cada uno de estos tipos de instalaciones comprende, a su vez, una serie de sistemas, de componentes específicos y de actividades que sería largo enumerar.  Los reservorios forman parte de las instalaciones de manejo de agua de la mina y su construcción está prevista en el EIA del Proyecto Conga como actividad previa al drenaje de las lagunas El Perol, Azul, Chica y Mala, y como actividad previa a la apertura de los tajos y a la explotación del mineral.
¿Por qué requiere Minas Conga la construcción de reservorios?  1) Porque para procesar 92,000 toneladas diarias de mineral y para otros usos internos necesita enormes volúmenes de agua, 2) porque generará enormes volúmenes de aguas envenenadas que deben ser tratadas y almacenadas previamente antes de su descarga a los ríos, 3) para mitigar parcialmente los graves impactos que implicará la desaparición de lagunas y bofedales con la apertura de los tajos.
Así pues, los cuatro reservorios proyectados: Superior, Inferior, Perol y Chailhuagón son parte del proyecto minero Conga; no son obras de infraestructura agrícola como pretenden hacer creer Yanacocha y algunos ministros del Gobierno Central.  El Primer Ministro Jiménez y el Ministro del Ambiente Pulgar Vidal incurren no sólo en una flagrante mentira sino incluso en la prevaricación al decir que el Proyecto Conga está paralizado y que sólo se están haciendo los reservorios[i].  Ni Yanacocha ni la Newmont han admitido que el Proyecto Conga esté suspendido o que los reservorios no formen parte de su proyecto[ii].
Capacidades de las lagunas y de los reservorios proyectados.
¿Los reservorios del Proyecto Conga compensarán o, incluso, aumentarán la capacidad de embalse de las lagunas que serán destruidas?  ¿Proveerán más agua para las comunidades y para las actividades agropecuarias que la que actualmente proveen las lagunas?
Minera Yanacocha y los funcionarios del Proyecto Conga aseguran que sí, y estos son los principales argumentos con los que han logrado convencer, con ayuda de la gran prensa, a ciertos sectores de la población, sobre todo de Lima, y al propio Gobierno Central.  Los mineros y los periodistas afines se basan, principalmente, en la comparación de las capacidades nominales (no reales) de almacenamiento de los cuatro reservorios propuestos respecto a las de algunas de las lagunas que desaparecerían.
En el Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga (en adelante EIA) se presenta el siguiente cuadro comparativo:
Cuadro 3
Modificaciones en la capacidad de almacenamiento de los cuerpos de agua lénticos como consecuencia del proyecto
Laguna original
Capacidad (m3)
Reservorio
Capacidad (m3)
Tipo de modificación
Laguna Perol
800 000
Perol
800 000
Transferencia
Laguna Chica
100 000
Superior
7 600 000
Transferencia
Laguna Azul
400 000
Transferencia
Laguna Mala
100 000
Chailhuagón
1 430 000
Transferencia
Laguna Chailhuagón
1 200 000
Incremento de capacidad
-
-
Inferior
1 000 000
Embalse de escorrentías
Total
2 600 000
-
10 830 000
-
Fuente: Knight Piésold Consultores S.A.  Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga.  Resumen Ejecutivo, 2010,  p. 48, e Informe Final, p. RE-49.
Respecto a este cuadro, cabe hacer, en primer lugar, dos observaciones: 1) Omite a la Laguna Empedrada, que también será destruida por el Tajo Perol; 2) los propios autores del EIA señalan que los volúmenes de las lagunas Chica y Mala han sido calculados muy conservadoramente, o sea que estas lagunas tienen realmente más agua que la que se señala en el cuadro[iii].
Analicemos primero cada una de las lagunas y los reservorios por separado.
Laguna El Perol y Reservorio Perol.
Esta laguna forma parte de la cabecera de cuenca del Río Chirimayo; el reservorio con el que se pretende reemplazarla también estará en la misma cuenca, aunque más abajo.  Aparentemente no habrá pérdida de volumen almacenado en esta cuenca porque se prevé transferir toda el agua de la laguna hacia el reservorio cuando esté concluido.  Pero esto no es cierto por lo siguiente:
1)   El Tajo Perol, que tendrá 224 hectáreas, no solamente destruirá a la Laguna El Perol (17.5 Ha) sino también a toda la pampa de bofedales  adyacente (103 Ha), a más de 100 hectáreas adicionales de cerros y tierras de ladera y a la Laguna Empedrada.  La Pampa de Bofedales Perol es un área de inundación permanente, en la que, además de la vegetación típica, el suelo está compuesto en gran parte por turba saturada de agua y más abajo por suelos inorgánicos blandos que también contienen humedad; en varios sectores de la pampa la profundidad del bofedal llega hasta los 20 metros.  El Proyecto Conga se propone extraer todo esto antes de abrir el tajo, y Knight Piésold estimó (aunque no con precisión) que el volumen total de material a ser extraído, tanto en la pampa como debajo de la laguna, será de 5 millones 750,000 metros cúbicos (5.75 Mm3)[iv].  Como es fácil comprender, parte de este volumen lo constituye el agua encharcada en la superficie y el agua almacenada en la turba y en la arcilla.  De modo que es muy posible que toda el agua contenida en la Pampa Perol, desde su superficie hasta los 20 m de profundidad, sea, incluso, mayor que la existente en la Laguna El Perol.  ¿Cuál será, pues, el destino de este volumen hídrico?  No será transferido al Reservorio Perol sino que pasará a ser parte de las aguas de uso minero-industrial, porque será utilizado en el procesamiento del mineral[v].  Así pues, nunca más el agua almacenada en los bofedales de la Pampa Perol volverá a ser parte de la cuenca del Río Chirimayo y pasará a la propiedad privada de la mina.  (Y esto, sin tener en cuenta, aquí, la pérdida de las funciones ecológicas de los bofedales).
2)   El Tajo Perol, además de desaparecer a la laguna y a la pampa del mismo nombre, también destruirá a la Laguna Empedrada.  En otra sección del EIA (Capítulo 3, p. 387) se informa que esta laguna tiene 0.51 hectáreas de espejo de agua y 3 m de profundidad.  Tampoco está contemplado trasvasar el agua de la Laguna Empedrada al Reservorio Perol y, por tanto, también habrá pérdida de capacidad de almacenamiento en este aspecto.  De acuerdo a lo señalado en el Anexo 4.14 (p. 18), las aguas de esta laguna también serán utilizadas en el procesamiento del mineral[vi].
3)   Adicionalmente a lo señalado, el Reservorio Perol tendrá un volumen de almacenamiento muerto de 132,000 m3, o sea que su capacidad de operación real será de 668,000 m3 (Anexo 6.2, p. 5-1)[vii].  Por su parte, los expertos extranjeros que fueron contratados por la PCM señalan en su Dictamen que el Reservorio Perol tendrá un volumen muerto de 44,000 m3, entendiéndose por esto al volumen del reservorio que será ocupado por sedimentos[viii].
4)   Para colmo, la Laguna Huashwas, ubicada también en la cuenca del Chirimayo y que aporta un caudal a este río, se irá secando debido a la gran profundidad del Tajo Chailhuagón, que estará a sólo 300 m al suroeste de la laguna.  Podría secarse relativamente rápido porque las ondas que provocarán las potentes voladuras con ANFO para abrir dicho tajo y el cráter Perol abrirían fisuras o rajaduras en el lecho donde está asentada la laguna y por esas grietas escaparía el agua que almacena.  Muy cerca a ella y en la misma cuenca del Chirimayo también estará el Botadero de Desmonte Chailhuagón (169 Ha), que la colmatará de sedimentos y contaminará sus aguas.  Por lo tanto, la desaparición – lenta o rápida – de la Laguna Huashwas, agravará los impactos del Tajo Perol, del Botadero de Desmonte Chailhuagón y de las Pilas de Mineral sobre la cantidad y calidad de las aguas de la cuenca del Chirimayo-Sendamal-La Llanga.
5)   Cuando concluya la explotación del Tajo Perol (prevista para el año 2032) y éste tenga una profundidad de 660 metros, comenzará a llenarse de aguas ácidas con alta concentración de metales pesados.  Más de 80 años demoraría en llenarse este lago, pero después de 50 a 55 años de llenado, cuando el agua alcance una altitud de 3 775 msnm, ya no se permitirá que el lago siga subiendo de nivel para que sus aguas contaminadas no descarguen al sistema de aguas subterráneas y para que no se contaminen más las aguas superficiales de las cuencas del Chirimayo y el Chugurmayo; por ello se necesitará bombear el agua contaminada del lago Perol (a un ritmo de 72 litros/seg) hacia la Planta de Tratamiento de Aguas Acidas, que estará ubicada en la cuenca alta del Río Jadibamba[ix].  Mejor dicho: desde el momento en que se abra el cráter Perol se convertirá para siempre en un gran sumidero a donde irán a parar varias corrientes de aguas superficiales de su área de captación, lo que implica que se reducirán los caudales en lo que quede de las cuencas de los ríos Chirimayo y Chugurmayo, además de que se reducirá la recarga del agua subterránea en estas cuencas por el bombeo.
Se concluye, entonces, que el Reservorio Perol de ninguna manera compensará la capacidad de almacenamiento de agua de la Pampa de Bofedales Perol y de las lagunas El Perol, Empedrada y Huashwas.  Por lo tanto, en la cuenca del Río Chirimayo, afluente del Sendamal, habrá pérdida absoluta del recurso hídrico para los usuarios aguas abajo.  A lo que hay que agregar la destrucción directa de manantiales para abrir el tajo de 224 hectáreas y el secamiento o disminución de caudales de otros debido a la extracción por bombeo del agua subterránea.
La Laguna El Perol (entre dos cerros), la Pampa de Bofedales Perol (inundada) y las laderas y cerros aledaños que serán destruidos con el Tajo Perol.  El Reservorio Perol de ninguna manera compensará la pérdida de almacenamiento hídrico de toda esta área.  (Foto: Milton Sánchez Cubas; 14/03/2007).
Lagunas Azul y Chica y Reservorio Superior.
Estas lagunas se encuentran en la cuenca del Alto Jadibamba y las aguas que fluyen de ellas, además de varios manantiales y riachuelos existentes, alimentan al Río Jadibamba.  El Reservorio Superior será construido en la misma cuenca, más arriba de las mencionadas lagunas.
Como puede verse en la tabla oficial del EIA insertada más arriba (“Cuadro 3”), las aguas de la Laguna Azul (400,000 m3) y de la Laguna Chica (100,000 m3) serán trasvasadas al Reservorio Superior, que tendrá una capacidad nominal de 7’600,000 m3.  No será suficiente, entonces, toda el agua contenida en estas dos lagunas para llenar este enorme reservorio.  Sin embargo, podría pensarse que, una vez lleno, la capacidad de almacenamiento en la cuenca del Jadibamba se habrá multiplicado por 15 y que habrá mucha más agua disponible para las comunidades y actividades agropecuarias cuenca abajo.  Esto de ninguna manera será así, principalmente por las siguientes razones:
1)   Porque el Reservorio Superior será de uso exclusivamente minero.  Entonces, nunca más las aguas de las lagunas Azul y Chica servirán para las familias ribereñas y para los usos agropecuarios de las poblaciones de la cuenca del Río Jadibamba; pasarán a ser parte de la propiedad privada de la mina, para uso exclusivo de la mina y manejadas por la mina.  Ello constituirá un robo descarado y una violación flagrante de la Ley de Aguas y de los derechos ancestrales de los pueblos de los caseríos del distrito de Huasmín y de toda la cuenca del Jadibamba; una usurpación amparada por el Estado.
2)   Como el aporte de las lagunas Azul y Chica será insuficiente para llenar el Reservorio Superior (harían falta 7’100,000 m3 adicionales), Minas Conga prevé la captación de los caudales de los riachuelos y demás escorrentías de la parte más alta de la cuenca del Río Alto Jadibamba; para ello construirá un dique o presa de 56 m de altura que cerrará esa subcuenca y formará un embalse llamado Reservorio Superior[i].  Esto quiere decir que las aguas que actualmente discurren libremente y aportan al caudal del Río Jadibamba y a los canales de riego también pasarán a ser de propiedad privada de la mina, violando los derechos ancestrales de los pueblos y la Ley de Aguas.  Además, como las lluvias y los caudales de esos riachuelos y escorrentías no asegurarían un llenado más o menos rápido del Reservorio Superior, no se puede descartar que Minera Yanacocha y su Proyecto Conga pretendan bombear agua subterránea, o succionar o trasvasar otras lagunas, como la Mishacocha o la Mamacocha, por ejemplo.
3)   Porque la mina necesitará ingentes cantidades de agua fresca para procesar diariamente 92,000 toneladas de rocas que contienen el mineral, tanto para moler esas rocas como para obtener el concentrado de cobre con oro y plata  y el espesado de relaves.  ¿Cuál será el consumo diario de agua que hará la Planta Procesadora?  En el EIA esto no se informa con claridad y precisión.  Con fines comparativos, una fuente consultada señala que el consumo promedio de agua en las plantas concentradoras de las minas de Chile fluctúa entre 0.4 y 0.7 metros cúbicos por tonelada procesada; la misma fuente presenta un cuadro en el que se aprecia que el consumo de agua promedio en 13 mineras cupríferas de Chile fue de 0.48 m3/T, o sea casi medio metro cúbico de agua por cada tonelada de mineral procesado[ii].  Minas Conga no será una mina de oro sino una mina principalmente de cobre, y aplicará el proceso clásico o convencional de flotación, como lo hacen las mineras cupríferas de Chile y otras.  Si Minas Conga hiciera un consumo industrial de agua a la tasa señalada, entonces llegaría a usar 0.48 X 92,000 = 44,160 m3 diarios de agua fresca para obtener el concentrado de cobre y los relaves espesados.  Claro que no toda el agua que utilizará la planta saldrá del Reservorio Superior, pues la mina también empleará parte del agua sobrenadante de la cancha de relaves.  Entonces, ¿cuál será el volumen diario de agua fresca que aportará el Reservorio Superior a la Planta de Proceso?  No se sabe con exactitud, pero según cifras publicadas en una sección del Informe Final del EIA se puede deducir que dicha planta necesitará en promedio entre 5 553 m3 y 6 137 m3 diarios de agua fresca que los obtendrá del mencionado reservorio[iii]; sin embargo Golder Associates había calculado que el Reservorio Superior aportará 7,216.4 m3 diarios a la planta[iv].  Y ¿cuál será el volumen diario de aguas de recuperación que llegará a la planta desde la cancha de relaves?  En base a un Informe de Golder Associates[v] se puede estimar que será de 43,918 m3/d.  Así pues, la Planta de Proceso consumirá alrededor de 50 000 m3 diarios de agua (fresca + recuperada), cifra que está dentro de los márgenes de uso de agua por parte de las minas de cobre de Chile.
4)   Porque está previsto en el EIA del Proyecto Conga que el Reservorio Superior sirva también para otros usos industriales, como la preparación de reactivos y para el sistema de agua de sello para bombas de pulpa; y, además, para el abastecimiento de agua potable de todo el personal de la mina.  Por otra parte, Minas Conga también consumirá muchísima agua para regar las vías con el fin de reducir el polvo que levantarán sus vehículos de gran tonelaje; para esta actividad Golder Associates calculó un consumo de 2,208 m3 diarios, que provendrán de la piscina de aguas sobrenadantes contaminadas de la cancha de relaves[vi].  Por tanto, este volumen se tiene que sumar a los 43,918 m3 diarios de aguas recuperadas sobrenadantes que empleará la Planta de Proceso y a los 7,216.4 m3 diarios de agua fresca que aportará el Reservorio Superior, y el resultado indica que Minas Conga hará un consumo diario total de 53,342.4 m3 de agua.
En conclusión, el Reservorio Superior de ninguna manera compensará y ni siquiera mitigará la desaparición de las lagunas Azul y Chica; por el contrario, constituirá una sustracción del recurso hídrico contenido en estas lagunas y de todas las corrientes de agua de la parte alta de la cuenca del Alto Jadibamba, de las que se apropiará la mina para sus múltiples usos.  Por lo tanto, habrá pérdida de agua para todos los usuarios no mineros de la cuenca del Jadibamba–La Llanga y disminución del caudal ecológico a lo largo de toda esta cuenca.
Reservorio Inferior.
Este reservorio estará también localizado en la cuenca del Jadibamba, antes de la confluencia del Río Jadibamba con la quebrada Lluspioc.  Aparentemente, éste sí aumentará considerablemente (en 1 000 000 m3) la capacidad de almacenamiento en la cuenca del Alto Jadibamba.  Pero analicemos por qué será necesaria su construcción y qué finalidad cumplirá el reservorio.
Como ya se señaló en el punto anterior, Minas Conga generará enormes volúmenes de relaves porque cada día procesará 92,000 toneladas de mineral.  Golder Associates calculó que la producción diaria de relaves será de 96,059 toneladas, equivalentes a un volumen de 60,037 m3 diarios[vii].  Estos serán conducidos por dos grandes tuberías principales hacia una extensa área de pastos naturales ubicada en la circunscripción de los caseríos Quengorío Alto y Piedra Redonda Amaro, y para que no caigan como avalanchas por los cauces de los ríos Toromacho-Quengorío-Llaucano y Grande-Jadibamba-La Llanga, el Proyecto Conga construirá dos enormes diques o presas: la primera obstaculizará el cauce del Toromacho antes de su unión con el Río Mamacocha, y la segunda cortará el cauce del Río Grande (del Norte).  Así se formará una gigantesca cancha o Depósito de Relaves que al final de la vida útil de la mina ocupará 700 hectáreas y contendrá 504 millones de toneladas, equivalentes a un volumen total de 304 millones de metros cúbicos de estos venenos (304 Mm3 de relaves). 
Para que este lago de relaves no rebose ni colapse, las dos presas o diques (Principal y Toromacho) serán muy altos (26 m y 19 m) y profundos (50 m y 29 m), respectivamente[viii].  Entonces, nunca más las aguas superficiales de la cuenca alta del Jadibamba y el Toromacho discurrirán libremente por los cauces de los ríos Jadibamba y Quengorío.  Además, los profundos diques también interrumpirán los flujos de las aguas subterráneas, cortándolos totalmente,  lo que ocasionará que los manantiales ubicados más abajo se sequen o disminuyan sus caudales, como ya se explicó en el estudio anterior a éste[ix].
Junto a la gigantesca cancha (al Oeste), quedará el enorme Botadero de Desmonte Perol, que contendrá 480 millones de toneladas de rocas y mineral de baja ley y ocupará 289 hectáreas al final de la vida útil de la mina (y no sólo el área que actualmente ocupan las lagunas Azul y Chica, como creen muchos).  El agua de lluvia y de las escorrentías en esta subcuenca, al entrar en contacto con estas rocas mineralizadas, generará aguas ácidas que saldrán como riachuelos por debajo del botadero.
Todas las corrientes de agua fresca que ingresen al Depósito de Relaves, al entrar en contacto con éstos, se contaminarán.  En este lago también se vaciarán las aguas ácidas bombeadas desde el Tajo Perol.  Sobre los relaves espesados se formará una piscina en la que se irán acumulando aguas de exceso (sobrenadantes) ácidas, envenenadas y con metales pesados.  Estas, y las aguas ácidas con metales pesados que salgan del sector del Botadero Perol, tendrán que ser captadas y tratadas en una Planta de Tratamiento de Aguas Acidas (PTAA), con capacidad nominal de 850 m3/h.  Luego pasarán al Reservorio Inferior (de 1’000,000 m3 de capacidad) para que, desde aquí, se viertan al cauce del Río Jadibamba con el fin de reponerle, supuestamente, su “caudal de base”.
¿Cuál será la calidad de estas aguas vertidas?  No serán aptas para consumo humano sino para el regadío porque serán aguas de Clase 3 (obviamente, en el mejor de los casos, si es que la PTAA llega a funcionar al ritmo esperado y no colapsa).  Pero Robert Moran ya había observado que se requerirían tratar alrededor de 1,400 m3/h, lo cual excedería ampliamente la capacidad nominal de la PTAA[x].  Se debe hacer la salvedad, sin embargo, que el Proyecto Conga, en un documento[xi] que no aparece suscrito por ningún profesional o técnico, dio respuesta a esta observación de Moran diciendo que el cálculo de bombeo hecho por él es erróneo y afirmando que: “La planta de tratamiento de agua ha sido diseñada para garantizar que la descarga desde el reservorio inferior cumpla con todos los estándares aplicables en las temporadas húmedas y secas”, pero admitiendo a la vez que dichos estándares son los de agua de categoría 3, no apta para consumo humano.  Así pues, estará en peligro la vida y la salud de las personas y animales que llegaran a tomar las aguas del Río Jadibamba; inclusive, será un riesgo bañarse en las hermosas Cataratas del Chorro Cornelio, si es que éstas aún llegaran a existir.
Por todo lo dicho se puede comprender que los impactos en la cuenca alta del Jadibamba serán catastróficos, debido principalmente a la gigantesca cancha o lago de relaves de 700 Ha, al botadero de rocas de 289 Ha, a las aguas ácidas que se bombearán desde el Tajo Perol y a la inmensa cantidad de agua que utilizará la Planta de Proceso.  Los dos primeros componentes producirán una contaminación terrible y permanente porque los relaves y las rocas mineralizadas permanecerán allí para siempre, y la contaminación se agravará con las aguas ácidas del tajo, que tendrán que ser bombeadas a la cancha por lo menos hasta el año 2100[xii].  Además, la cancha de relaves destruirá la capacidad de almacenamiento de agua y de regulación hídrica de las 700 Ha de pajonales, bofedales y suelos, porque éstos quedarán sepultados para siempre bajo el enorme depósito, cuyos altos y profundos diques impedirán el libre flujo de las aguas superficiales y subterráneas.  Implicará una gran pérdida de volumen de almacenamiento natural de agua y grave deterioro de su calidad.
Así pues, la Planta de Tratamiento de Aguas Acidas y el Reservorio Inferior sólo servirán para mitigar en parte los gravísimos impactos en la calidad y cantidad del agua de la cuenca Jadibamba–La Llanga, pero jamás podrán compensarlos ni, mucho menos, revertirlos.  Por lo tanto, con el Reservorio Inferior no habrá más capacidad de almacenamiento en esta cuenca y el agua que vierta significará un gran riesgo para los usuarios aguas abajo y para la vida silvestre.
Lagunas Mala y Challuagón y Reservorio Chailhuagón.[xiii]
Estas lagunas forman parte de la cabecera de cuenca del Río Challuagón y, por ende, del Río Chonta.  El Reservorio Chailhuagón se ubicará en la misma cabecera y está diseñado para que sea, en realidad, una ampliación de la Laguna Challuagón, aumentando el espejo de agua de ésta; por eso se construirá a su costado (en su extremo Sur); una vez concluido, la Laguna Challuagón ya no se llamará laguna sino reservorio.   La ampliación de la laguna (laguna-reservorio) se hace para que Minas Conga trasvase ahí el agua de la Laguna Mala (100,000 m3 por lo menos), ya que el área que ésta ocupa y 160 hectáreas más se convertirán en el Botadero de Desmonte Chailhuagón.
¿En qué volumen aumentaría su capacidad la Laguna Challuagón con el reservorio?  Al respecto hay profundas contradicciones entre diversas secciones del EIA.  Según el Cuadro 3 aumentará en 230,000 m3, pues la laguna natural tiene 1’200,000 m3 de agua y la laguna-reservorio tendrá 1’430,000 m3.  Esto mismo es lo que se afirma en otras secciones del Informe Final del EIA, que dicen textualmente: “La suma de las capacidades de almacenamiento de las lagunas originales Mala y Chailhuagón (1 300 000 m3) es inferior a la que tendrá el reservorio Chailhuagón (1 430 000 m3), por lo que se considera que la compensación es adecuada”[xiv].  Aun más clara es esta otra cita textual del mismo Informe Final: “Reservorio Chailhuagón: Esta obra significará que la capacidad de la laguna se incremente de aproximadamente 1,2 Mm3 que posee en la actualidad a 1,4 Mm3. El agua de este depósito no será utilizada para el proceso minero, sino que será utilizada exclusivamente para mitigar los impactos potenciales en los flujos base de la cuenca y para apoyar el desarrollo social”[xv].  Así también lo entendieron los expertos extranjeros contratados por la PCM en su Dictamen[xvi].  Pero en otras páginas del Informe Final, así como en el Anexo 6.3 se da a entender que la laguna-reservorio tendrá 2 600 000 m3, como si el incremento en la capacidad nominal llegaría a ser de 1’400,000 m3 (1 200 000 + 1 400 000)[xvii].  Esto último no se corresponde con ninguno de los planos en los que aparecen la laguna y el reservorio, pues en ellos se ve que el espejo de agua del reservorio es menor que el de la actual laguna; así pues, debemos asumir que la laguna-reservorio sólo tendrá 1 430 000 m3 de capacidad nominal de almacenamiento.
Al margen de estas inconsistencias, ¿qué implicancias tendría el hecho de que las lagunas Mala y Challuagón dejen de ser dos cuerpos de agua naturales y pasen a convertirse en un reservorio?  Pues, las siguientes: las lagunas eran de propiedad comunal y de acceso libre para toda clase de personas, mientras que el reservorio será de propiedad de la mina, será manejado por la mina y el acceso a él estará limitado a personas vinculadas a Minera Yanacocha y al Proyecto Conga; esto último ya viene ocurriendo, aun cuando no se ha terminado el reservorio ni se ha hecho el trasvase; por eso no es casual que Yanacocha en sus infografías y propaganda engañosa ni siquiera mencione la existencia de la Laguna Challuagón y en cambio sí hable del Reservorio Chailhuagón.
A la capacidad nominal de 1’430,000 m3 de la Laguna-Reservorio Chailhuagón habría que restarle al menos 110,000 m3 de volumen muerto que será ocupado por los sedimentos (arena, barro, etc.) que arrastren las aguas de escorrentía; esto quiere decir que su capacidad real será de 1 320 000 m3 en el mejor de los casos[xviii].  Adviértase que los sedimentos llegarán a ocupar un volumen mayor al del agua almacenada en la laguna Mala (100 000 m3), lo que quiere decir que al final de cuentas el trasvase será en vano e, incluso, que podría haber pérdida de almacenamiento hídrico en la cuenca del Challuagón.
Por otra parte, el EIA no ha considerado el agua que almacenan los bofedales que rodean a la laguna Challuagón y las funciones de regulación de los flujos que cumplen éstos.  Concretamente, el sector de bofedales existente al sur-oeste de la laguna[xix] será inundado cuando se concluya el Reservorio Chailhuagón y las funciones de regulación hidrológica de los bofedales se perderán porque la presa del reservorio impedirá que fluya el agua que retienen.
Pero lo más grave sucederá si Minas Conga entra en su fase de explotación: entonces la laguna-reservorio irá secándose poco a poco porque el Tajo Chailhuagón se ubicará a sólo 500 m de distancia, y el fondo de este cráter – que estará a 3 588 msnm – quedará 121 m por debajo del espejo de agua de la laguna (3 709 msnm).  Puede ocurrir, incluso, que se seque más rápido, porque para abrir el tajo se utilizarán poderosas cargas de explosivos, y las ondas de choque de las voladuras, viajando por el subsuelo a la velocidad de 4,000 m/seg, producirán grietas o rajaduras en el lecho sobre el cual está asentada la Laguna Challuagón; entonces, por esas fisuras irá escapando el agua[xx].  De nada servirá, pues, el trasvase del agua de la Laguna Mala a la Laguna Challuagón ni la construcción de una ampliación o reservorio para hacer posible ese trasvase, como ya se advirtió en el estudio anterior a éste[xxi].
Otro cuerpo de agua que correrá igual o peor suerte que la Laguna Challuagón será la Laguna Huashwas, ubicada en la cuenca del Río Chirimayo, debido a los impactos combinados de los tajos Chailhuagón y Perol, del Botadero de Desmonte Chailhuagón y de las Pilas de Mineral, como ya se indicó en un acápite anterior.
Comparación general de las capacidades de almacenamiento hídrico actuales y proyectadas, al servicio del campo.
Si bien el EIA de Conga tiene las omisiones y deficiencias señaladas en la sección precedente, la información que proporcionan Minera Yanacocha y el Proyecto Conga en sus infografías y suplementos publicitarios es del todo falsa y engañosa.   Así por ejemplo, se puede ver una infografía en la p. 10 del suplemento periodístico mencionado en la Introducción, en la que se comparan dos años: “2011 = 1,4 Mm3 de agua” (sumatoria de los volúmenes de las lagunas Mala, Chica, Perol y Azul) y “2014 = 3,2 Mm3 de agua” (sumatoria de los volúmenes de los reservorios Perol, Chailhuagón e Inferior, de “uso exclusivo para el campo”).  En la p. 15 del mismo suplemento contratado, el Proyecto Conga afirma textualmente: “Las lagunas tienen 1,4 millones de m3. Tres de los cuatro reservorios almacenarán 3,2 millones de m3, exclusivamente para la comunidad”[xxii].  En esta comparación la minera excluye adrede a la Laguna Challuagón para hacer prestidigitación aritmética con las cifras y hacer creer que va a más que duplicar (en 129%) la capacidad de almacenamiento y disponibilidad de agua para el campo.  Si incluyera a esta laguna – como ha debido hacerlo – el resultado sería, en el mejor de los casos (si el Reservorio Chailhuagón llegara a almacenar 2’600,000 m3): 2’600,000 m3 para las 5 lagunas (Challuagón, Mala, El Perol, Azul y Chica) y 4’400,000 m3 para los tres reservorios (Chailhuagón, Perol e Inferior), o sea un incremento nominal de 69%.  Pero como la laguna-reservorio está proyectada en realidad para 1’430,000 m3, el incremento nominal total que podría estar al servicio del campo sería solamente de 24%, como puede verse en el siguiente cuadro comparativo.  Sin embargo, este cuadro tampoco refleja los cambios reales, pues en él no están considerados las otras lagunas, sistemas que almacenan agua, manantiales y corrientes de agua que desaparecerían con el proyecto minero, sobre todo en su fase de explotación:
Capacidades de algunas lagunas usadas actualmente y capacidades nominales de los reservorios que estarían al servicio del campo
Lagunas
Capacidad (m3)
Reservorios
Capacidad (m3)
Challuagón
1 200 000
Chailhuagón
1 430 000
Mala
   100 000
El Perol
   800 000
Perol
   800 000
Azul
   400 000
Inferior
1 000 000
Chica
   100 000
Total:
2 600 000
Total:
3 230 000
Fuente: Knight Piésold.  Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga.
Elaboración: El autor.
Para tener una mejor comprensión de lo que sucedería, en el cuadro siguiente se presenta un panorama de las fuentes de agua existentes en las cinco cabeceras de cuenca que desaparecerían a corto o mediano plazo con el Proyecto Conga:
Sistemas naturales de captación, almacenamiento, aforo y corrientes de agua que serían destruidos a corto o mediano plazo por las operaciones de Minas Conga en las cinco cabeceras de cuenca
Sistemas naturales de almacenamiento hídrico
Volumen de almacenamiento o caudal
Laguna Challuagón
1 200 000 m3
Pampa de bofedales Challuagón
No evaluado
Laguna Mala
100 000 m3
Manantiales en la cuenca Challuagón = 60
No evaluado
Laguna El Perol
800 000 m3
Laguna Empedrada
No evaluado
Laguna Huashwas
No evaluado
Pampa de bofedales Perol
No evaluado
Manantiales en la cuenca Alto Chirimayo = 335
No evaluado
Manantiales de la cuenca del Chugurmayo = 78
No evaluado
Laguna Azul
400 000 m3
Laguna Chica
100 000 m3
Bofedales del área del Depósito de Desmonte Perol
No evaluado
Manantiales del Alto Jadibamba = 101
No evaluado
Manantiales de la cuenca del Toromacho = 82
No evaluado
Sistema de riachuelos y quebradas destruidos
No evaluado
Cobertura vegetal en laderas de cerros y colinas
No evaluado
Turba y otros suelos de laderas y colinas
No evaluado
Fuente: Knight Piésold Consulting.  EIA del Proyecto Conga.  (Secciones, varias).
Elaboración: El autor.
Nota: “No evaluado” significa que sus volúmenes o sus caudales no han sido considerados en el EIA con respecto a los reservorios propuestos, ni son considerados por Yanacocha y el Proyecto Conga en sus infografías y documentos oficiales.


Contexto territorial o ambiental en el que se ubicarán los reservorios.
Además de las observaciones de la sección anterior se debe tener en cuenta que los reservorios proyectados estarán rodeados de todos los demás componentes del Proyecto Conga, que aniquilarán la cobertura vegetal y destruirán gran parte del territorio en el que estarán ubicados.  Para comprender mejor este panorama, téngase en cuenta el siguiente cuadro:
Pérdida de cobertura vegetal y áreas de cabeceras de cuenca que serán destruidas o afectadas por Minas Conga
Componentes del Proyecto Conga
Cabeceras de cuenca que serán destruidas
Área que será destruida
Cancha de relaves Jadibamba y Toromacho
700 Ha
Tajo Perol Chirimayo y Chugurmayo
224 Ha
Botadero Perol Jadibamba
289 Ha
Tajo Chailhuagón Challuagón y Chirimayo
143 Ha
Botadero Chailhuagón Chirimayo
169 Ha
Canteras Toromacho, Chirimayo, Challuagón, Jadibamba
257 Ha
Depósitos de suelo orgánico Jadibamba, Challuagón y Chirimayo
63 Ha
Instalaciones de procesamiento Jadibamba, Chirimayo
55 Ha
Otras instalaciones Chirimayo, Challuagón
16 Ha
Pozas de sedimentación Chirimayo, Challuagón
8 Ha
Total
1 924  Ha
Fuente: Knight Piésold Consulting.  EIA del Proyecto Conga. (Varias secciones).
Elaboración: Wilder A. Sánchez Sánchez.
Se hace la salvedad de que en este cuadro no están consideradas las carreteras o vías, 15 internas y 1 externa, que serán construidas para el tránsito diario e ininterrumpido de la gran cantidad de vehículos y máquinas de la mina[xxiii].  La construcción de estas vías implica no sólo la remoción total de la vegetación sino también del suelo orgánico (turba) y otras capas de suelo hasta encontrar roca.  De todas las vías, las que causarán mayor devastación serán los caminos de acarreo por los que transitarán los enormes volquetes de gran tonelaje cargados de rocas; según el EIA, estos caminos tendrán un ancho de 42 metros (como media cuadra de una calle) y para construirlos se tiene que excavar entre 19 y 31 m de profundidad hasta encontrar el lecho de roca[xxiv].  Con todas estas carreteras serán deforestadas y destruidas alrededor de 60 Ha adicionales, con lo que la destrucción o afectación total sobrepasará las 2,000 hectáreas.
Pero los elementos que causarán la mayor destrucción del ecosistema serán el lago de relaves, los dos enormes botaderos de rocas de desmote y los dos tajos o cráteres (Perol y Chailhuagón), el primero de 660 metros de profundidad y el segundo de 470 m.  Estos no sólo destruirán inmediata y completamente las lagunas El Perol, Empedrada, Azul, Chica y Mala  y harán que se sequen por lo menos dos lagunas más (Challuagón y Huashwas), sino que también destruirán cientos de manantiales y los riachuelos que interconectan a las lagunas, como también los riachuelos y quebradas que dan origen o son afluentes de los ríos Chirimayo, Grande del Norte-Jadibamba, Toromacho-Quengorío, y Challuagón-Grande del Sur, pues los cauces naturales de éstos serán cortados y desaparecidos por los gigantescos tajos o quedarán tapados con los relaves y rocas.  En cuanto a manantiales se refiere, el propio EIA reconoce que en la cuenca del Alto Jadibamba se registraron 101 manantiales, en la del Chugurmayo 78, en la del Alto Chirimayo 335, en la del Challuagón 60 y en la del Toromacho 82, totalizando 656[xxv]; muchos de éstos serán aniquilados directamente y otros se secarán cuando los profundos diques o presas corten los flujos de aguas subterráneas.
Cerro de Pasco
Este es el Tajo “Raúl Rojas”, de Cerro de Pasco, que tiene 2 Km de diámetro y 400 m de profundidad.  Los tajos Tajo Perol y Chailhuagón serán mucho más profundos que éste (660 m y 470 m, respectivamente).
Ni una catástrofe natural, llámese huracán, aluvión, Fenómeno de El Niño o terremoto de gran magnitud, causaría la destrucción descrita en las cinco cabeceras de cuenca.  Incluso una bomba nuclear como la lanzada sobre Hiroshima, que destruyó totalmente el 69% de sus edificaciones en 12 Km2 de la ciudad (o sea 1,200 hectáreas) pero no dejó profundos cráteres, tampoco se asemejaría a la devastación del territorio que ocasionaría Minas Conga si prosigue adelante[i].  Esa devastación sólo sería comparable a la erupción de un volcán – que felizmente no existe en ese ámbito – o a la caída de un asteroide de algunas decenas de metros.
El régimen de Ollanta Humala será co-responsable y cómplice de la devastación si continúa dando luz verde al Proyecto Conga y protegiéndolo con fuerzas militares y policiales, como lo ha hecho desde noviembre del 2011.

CONCLUSIONES.
Los reservorios, pues, quedarán rodeados o estarán en la periferia de un territorio devastado y jamás cumplirán las funciones (o servicios) ambientales y sociales que cumplen las lagunas y otros componentes del ecosistema actual, fundamentalmente por las siguientes razones:
  1. Porque Minas Conga destruirá el sistema hidrológico de ríos, riachuelos y manantiales asociados a las lagunas y bofedales, y los reservorios carecerán de tal sistema natural.
  2. Porque el sistema hidrogeológico de aguas subterráneas será alterado gravemente por los gigantescos y profundos cráteres o tajos abiertos.
  3. Porque al ser aniquilada toda la cobertura vegetal en las cabeceras de cuenca, los reservorios, que estarán rodeados de un desierto y de rocas y tierras removidas, se irán colmatando con gran cantidad de sedimentos cada vez que llueva, a pesar de la existencia de pozas de sedimentación.
  4. Porque recibirán aguas ácidas y otros contaminantes provenientes de los relaves, tajos, pilas de mineral, botaderos de desmonte, de las explosiones o voladuras, de la circulación continua de vehículos y de otras operaciones de la mina.
  5. Porque mientras existan y para que subsistan requerirán la remoción periódica de los materiales colmatados en las pozas de sedimentación y en los propios reservorios, así como el tratamiento de grandes volúmenes diarios de aguas ácidas, lo que implica un alto costo de operación y mantenimiento.
  6. Porque sus capacidades nominales de almacenamiento están lejos de igualar o compensar las capacidades de almacenamiento hídrico de todas las lagunas naturales, bofedales, pajonales, turba y otros suelos que serán destruidos, y tampoco compensarán los caudales o flujos que aportan los manantiales y riachuelos que desaparecerán en las fases de construcción y explotación del Proyecto Conga.
  7. Porque el agua que verterán a los cauces de los ríos servirá a lo sumo para uso agrícola, mas no para la vida acuática y para consumo humano y de animales, como sí sucede con las fuentes de agua existentes en el ámbito del proyecto.
  8. Porque a la corta o a la larga, los reservorios, en vez de constituir activos ambientales y sociales, como sostienen Yanacocha y el Proyecto Conga, se convertirán en pasivos ambientales y en una carga social, cuando colapsen y repliquen lo que sucede con el reservorio San José o con las cuatro tuberías que dan “origen” artificial al Río Grande en la provincia de Cajamarca.
Por todo lo expuesto en este documento – y  por otras consideraciones que aquí no se han tratado – se concluye que el Proyecto Conga es inviable social y ecológicamente y que debe ser cancelado definitivamente.
¡UN MODELO DE DESARROLLO SOSTENIBLE ES POSIBLE!

Fuentes analizadas:
Business News Americas.  Agua y minería: una industria sedienta.  Buenos Aires-Santiago-Sao Paulo, mayo 2007.
Conga.  El Agua Primero, la Mina Después. Lo que aún no se habla del Proyecto Conga. (Suplemento contratado), domingo 19 de febrero de 2012.
Conga.  Respuestas a opiniones de Robert Moran acerca del Proyecto Conga. S.f., 24 pp.
Golder Associates.  Informe Plan de Manejo de Aguas Superficiales y Sedimentos. Proyecto Conga, Etapa 3.  Lima, diciembre 2009.  (Anexo 4.2 del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga).
Golder Associates.  Informe Diseño del Depósito de Relaves Conga Etapa 3, Perú.  Lima, diciembre 2009.  (Anexo 4.6 del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga).
Golder Associates.  Informe Balance de Agua de Toda el Area. Proyecto Conga, Etapa 3.  Lima, enero 2010.  (Anexo 4.14 del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga).
Knight Piésold Consulting.  Proyecto Conga. Estudio de Impacto AmbientalInforme Final.  (Texto).  Lima, febrero 2010.
Knight Piésold Consulting.  Informe del Volumen del Bofedal Perol.  Denver CO, 21 de diciembre de 2009.  (Anexo 4.1 del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga).
Knight Piésold Consulting.  Reservorio de Agua Perol – Informe de Diseño de Factibilidad.  Denver CO, 2 de febrero de 2010.  (Anexo 6.2 Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga).
Knight Piésold Consulting.  Reservorio de Agua Chailhuagón – Informe de Diseño de factibilidad.  Denver CO, 12 de enero de 2010.  (Anexo 6.3 del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga).
Moran, Roberth E.  El Proyecto Minero Conga, Perú: Comentarios al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y Temas Relacionados.  Colorado, Environmental Law Center, marzo 2012, p. 4.   (Versión en español editada por Enginyeria Sense Fronteres, Grufides y ACSUR).
Fernández Rubio, Rafael; López García Luis, y Martins Carvalho, José.  Dictamen Pericial Internacional. Componente Hídrico del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Minero Conga (Cajamarca – Perú).  Lima, 17 de abril de 2012.
Sánchez Sánchez, Wilder A.  ¿Por qué el Proyecto Conga es inviable?  Cajamarca, diciembre 2011 (1a. ed.) y marzo 2012 (2a. ed.).
Schlumberger Water Services.  Modelo Geoquímico de la Laguna del Tajo Perol. Santiago de Chile, 11 de enero de 2010.  (Anexo 10.3 del EIA).
Celendín y Cajamarca, 17 de febrero del 2013



[i]  Véase, por ejemplo el artículo “Bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki”.  (Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Bombardeos_at%C3%B3micos_sobre_Hiroshima_y_Nagasaki).



[i]   Textualmente se dice: “El Reservorio Superior recibirá las escorrentías de las áreas aledañas que se encuentren aguas arriba del depósito de relaves, dentro de la cuenca del río Alto Jadibamba, con excepción de la subcuenca de la Planta de Proceso”.  (Knight Piésold.  Proyecto Conga. Estudio de Impacto AmbientalInforme Final, p. 4-72).
[ii]  Business News Americas.  Agua y minería: una industria sedienta.  Buenos Aires-Santiago-Sao Paulo, mayo 2007, p. 7.
[iii]   En el Informe Final del EIA de Conga encontramos estas citas textuales:
 “El agua potable y el agua fresca necesaria para los procesos provendrán del reservorio superior”.  (Knight Piésold.  Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga. Informe Final, febrero 2010, p. 4-78).
“… De acuerdo con el balance de aguas del proyecto (Anexo 4.14), se estima un uso de agua fresca variable entre la temporada seca y húmeda y a lo largo de la vida de la mina.  De esta forma se estima aproximadamente un uso de agua fresca de entre 906 660 m3 y 936 360 m3 en la temporada seca de un año promedio, y 1 120 230 m3 y 1 303 560 m3 en la temporada húmeda de un año promedio.  Estos volúmenes se deben a que gran parte del agua empleada en el proceso es recuperada”.  (Ibid., p. 4-78).
[iv]  Véase en el Anexo 4.6 del EIA: Golder Associates.  Informe Diseño del Depósito de Relaves Conga Etapa 3, Perú, diciembre 2009, Tabla 1: “Datos Operacionales y Flujos de Agua Mensuales Asociados” (agua fresca de reemplazo necesaria en la planta).
[v]  Según la tabla de aportes y pérdidas en la poza de agua del depósito de relaves, las aguas de recuperación destinadas a la Planta de Proceso serán: en el año 2015: 17.11 Mm3, en el 2022: 14.20 Mm3, en el 2028: 16.78 Mm3.  Promediando estos tres años y dividiendo el promedio entre 365 días se tiene un volumen de 43,917.8 m3 diarios.  Pero en base a la Tabla 5 de esta misma fuente se deduce que en el año 2 se destinarán desde la piscina del Depósito de Relaves 51,663.5 m3/d a la Planta de Proceso y en el año 7 irán 44,814.2 m3 de agua diarios.  (Anexo 4.6: Golder Associates.  Informe Diseño del Depósito de Relaves Conga Etapa 3, Perú, diciembre 2009, p. 25 y Tabla 5: “Resumen de Afluentes de Agua y Pérdidas hacia la Poza de Relaves (Años 2 y 7)”.
[vi]  Anexo  4.6, Tabla 5: “Resumen de Afluentes de Agua y Pérdidas hacia la Poza de Relaves (Años 2 y 7)”.
[vii]  Véase en el Anexo 4.6: Golder Associates.  Informe Diseño del Depósito de Relaves Conga Etapa 3, Perú, diciembre 2009. “Tabla 1: Datos Operacionales y Flujos de Agua Mensuales Asociados”.
[viii]  Véase en el archivo de tablas que forma parte del EIA la Tabla 4.3.7: “Características de las Presas”.
[ix]  Wilder A. Sánchez Sánchez.  ¿Por qué el Proyecto Conga es Inviable?. Cajamarca, diciembre 2011 (1a. ed.) y marzo 2012 (2a. ed.).
[x]  Roberth E. Moran.  El Proyecto Minero Conga, Perú: Comentarios al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y Temas Relacionados.  Colorado, Environmental Law Center, marzo 2012, p. 4.   (Versión en español editada por Enginyeria Sense Fronteres, Grufides y ACSUR).
[xi]  Conga.  Respuestas a opiniones de Robert Moran acerca del Proyecto Conga, s.f., pp. 13 y 18.
[xii]   Véanse las Tablas 9, 10 y 11 del Anexo 4.14: Golder Associates.  Informe Balance de Agua de Toda el Area Proyecto Conga, Etapa 3.  Lima, enero 2010.
[xiii]  El nombre Chailhuagón que se emplea en el EIA y en los documentos oficiales de Yanacocha es incorrecto.  El nombre verdadero de la laguna y del río que nace de ella es Challuagón.  Evidentemente, los técnicos de Knight Piésold y los mineros escucharon mal la pronunciación.  Pero en este trabajo se emplea la denominación Challuagón cuando se habla de la laguna y el río, y la denominación Chailhuagón cuando se habla del reservorio, del tajo y del botadero, pues éstos son los nombres oficiales que le ha dado el proyecto a esos componentes.
[xiv]  Knight Piésold Consulting.  Proyecto Conga.  Estudio de Impacto Ambiental.  Informe Final.  Resumen Ejecutivo, p. RE-49, y Capítulo 6, p. 6-21.
[xv]  Ibid., p. RE-51.
[xvi]  Véanse al respecto las páginas 73, 75 y 103.
[xvii]  Knight Piésold Consulting.  Reservorio de Agua Chailhuagón – Informe de Diseño de factibilidad. 12 de enero de 2010.  (En el Anexo 6.3, p. RE-1): “La capacidad de almacenamiento adicional que brindará el reservorio  se ha estimado en 1.4. millones de metros cúbicos (Mm3), provista por la presa del reservorio propuesto ubicado en el extremo mas bajo de la cuenca.  La capacidad total, incluyendo a la laguna existente Chailhuagón, es de 2.6 millones de metros cúbicos (Mm3).”  Véanse también en las pp. 1-1 – 1-2 y 5-1 del mismo Anexo.
[xviii]  Véase el Dictamen Pericial Internacional, p. 103.
[xix]  Knight Piésold Consulting.  Op. cit.  Véanse los planos A3SP-DW-6015-03-1500 y A3SP-DW-6015-1510 del Anexo 6.3.
[xx]  Conferencia del Geólogo Raimundo Rodríguez Cruzado en el Centro de Convenciones “Ollanta” de la Universidad Nacional de Cajamarca.  Cajamarca, 3 de diciembre del 2011.
[xxi]  Wilder A. Sánchez Sánchez.  ¿Por qué el Proyecto Conga es inviable?  Cajamarca, diciembre 2011 (1a. ed.) y marzo 2012 (2a. ed.).
[xxii]  CONGA.  El Agua Primero, la Mina Después. Lo que aún no se habla del Proyecto Conga. (Suplemento contratado), domingo 19 de febrero de 2012, pp. 10 y 15.
[xxiii]  En el archivo de tablas que forma parte del EIA véanse las Tablas 4.3.11: “Especificaciones del camino de acarreo Chailhuagón” y 4.3.12: “Caminos internos del Proyecto Conga”.
[xxiv]  Knight Piésold Consulting.  Proyecto Conga. Estudio de Impacto Ambiental. Informe Final, p. 4-40.
[xxv]   Véase el Informe Final del EIA de Conga, p. 3-289.



[i]  Véanse, por ejemplo, estas declaraciones:
“Conga entró en una fase de suspensión por decisión de Newmont, afirmó primer ministro”.  “Juan Jiménez reiteró que empresa postergó inicio de las obras del proyecto minero hasta fines del 2013”.  (Leer más en El Comercio.  Lima, jueves 23 de agosto del 2012: http://elcomercio.pe/actualidad/1459682/noticia-conga-entro-fase-suspension-decision-newmont-afirmo-primer-ministro
“Proyecto Conga no se ha reanudado, afirma Ministro del Ambiente”.   “Manuel Pulgar Vidal aclaró que solo se están construyendo reservorios de agua para las comunidades aledañas”.  (Leer más en El Comercio.  Lima, sábado 19 de enero del 2013: http://elcomercio.pe/actualidad/1525188/noticia-proyecto-conga-no-se-ha-reanudado-afirma-ministro-ambiente
[ii]  “Newmont negó que se retire del proyecto Conga”: “Conga se encuentra todavía en nuestros planes, pero avanzando de forma muy medida. Estamos enfocados en la construcción de reservorios adicionales, en terminar la construcción del campamento, la ingeniería y la adquisición final de los equipos principales, mientras trabajamos al mismo tiempo en estrecha colaboración con el Gobierno y la comunidad para construir este proyecto de una manera segura, y ambientalmente y socialmente aceptable”, indicó O’Brien.  (El Comercio.  Lima, 23 de agosto del 2012: http://elcomercio.pe/actualidad/1459637/noticia-newmont-nego-que-se-retire-proyecto-conga).
[iii]  La nota 3 del Cuadro 3 dice textualmente: “Es importante mencionar que para esta comparación se ha considerado un volumen de 100 000 m3 para las lagunas Mala y Chica, lo cual representa una estimación bastante conservadora”.  (Knight Piésold Consulting.  Proyecto Conga. Estudio de Impacto AmbientalInforme Final, febrero 2010, p. RE-49.
[iv]  Knight Piésold and Co.  Informe del Volumen del Bofedal Perol.  (En: Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga, Anexo 4.1, p. RE-3 y pp. 4-1 – 4-5).
[v]   En el Informe Plan de Manejo de Aguas Superficiales y Sedimentos Proyecto Conga – Etapa 3, elaborado por Golder Associates, se dice textualmente: “Toda el agua del Bofedal Perol y de las áreas del Tajo se colectará en los sumideros temporales y se bombeará a la Poza de Recuperación del depósito de relaves a través del Tanque de Desaguado de Perol para que sea utilizada en el procesamiento del mineral”.  (Anexo 4.2, p. 18).
[vi]  La Laguna Empedrada, que no es mencionada en el Resumen Ejecutivo del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Conga, preparado por Knight Piésold, está, aproximadamente, a unos 720 m al NO de la Laguna El Perol, en línea recta.  Se encuentra aproximadamente en las coordenadas N 9 235 500 y E 792 000, como puede verse en la Fig. 1 (“Bofedal Perol: Planta e Investigaciones de Campo”) del Anexo 4.1 del Informe Final del referido EIA.
[vii]  Knight Piésold Consulting.  Reservorio de Agua Perol – Informe de Diseño de Factibilidad.  2 de febrero de 2010.  (En el Anexo 6.2., p. 5-1 del Informe Final del EIA).
[viii]  Dictamen Pericial Internacional, p. 103.: “Estos volúmenes de embalse son totales.  Hay previsto un volumen muerto en cada reservorio – situado por debajo de la toma inferior – de 44.000 m3 en el reservorio Perol, 45.000 m3 en el Superior, 110,000 m3 en Chailhuagón y 35.000 m3 en el Inferior, con el objetivo de retener los sedimentos previsibles.  Por lo tanto, el volumen útil disponible, para los servicios requeridos de cada uno – en particular, el caudal de mitigación – sería igual al máximo menos el muerto”.
[ix]  Knight Piésold Consulting.  Proyecto Conga.  Estudio de Impacto Ambiental. Informe Final.  Véase el Capítulo 10: Plan de Cierre Conceptual, pp. 10-20, 10-34 y 10-35.  Véase además Schlumberger Water Services.  Modelo Geoquímico de la Laguna del Tajo Perol. Santiago de Chile, 11 de enero de 2010.  (Anexo 10.3 del EIA)

Wilder A. Sánchez Sánchez
M. Cs. Gestión Ambiental
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viernes, 15 de febrero de 2013

¿Quién era Milton Friedman?

¿Quién era Milton Friedman?

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Premio Nobel Economia 2008

La historia del pensamiento económico en el siglo XX es algo parecida a la del cristianismo en el XVI. Hasta que John Maynard Keynes publicó su Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero en 1936, la ciencia económica -al menos en el mundo anglosajón- estaba completamente dominada por la ortodoxia del libre mercado. De vez en cuando surgían herejías, pero siempre se suprimían. La economía clásica, escribía Keynes en 1936, "conquistó Inglaterra tan completamente como la Santa Inquisición conquistó España". Y la economía clásica decía que la respuesta a casi todos los problemas era dejar que las fuerzas de la oferta y la demanda hicieran su trabajo.
Pero la economía clásica no ofrecía ni explicaciones ni soluciones para la Gran Depresión. Hacia mediados de la década de 1930, los retos a la ortodoxia ya no podían contenerse. Keynes desempeñó la función de Martín Lutero, al proporcionar el rigor intelectual necesario para hacer la herejía respetable. Aunque Keynes no era ni mucho menos de izquierdas -vino a salvar el capitalismo, no a enterrarlo-, su teoría afirmaba que no se podía esperar que los mercados libres proporcionaran pleno empleo, y estableció una nueva base para la intervención estatal a gran escala en la economía.
El keynesianismo constituyó una gran reforma del pensamiento económico. Inevitablemente, le siguió una contrarreforma. Diversos economistas desempeñaron un papel importante en la gran recuperación de la economía clásica entre los años 1950 y 2000, pero ninguno fue tan influyente como Milton Friedman. Si Keynes era Lutero, Friedman era Ignacio de Loyola, el fundador de los jesuitas. Y al igual que los jesuitas, los seguidores de Friedman han actuado como una especie de disciplinado ejército de fieles y provocado una amplia, pero incompleta, retirada de la herejía keynesiana. A finales de siglo, la economía clásica había recuperado buena parte de su anterior hegemonía, aunque ni mucho menos toda, y a Friedman le corresponde buena parte del mérito.
No quiero llevar demasiado lejos la analogía religiosa. La teoría económica aspira al menos a ser ciencia, no teología; se ocupa de la tierra, no del cielo. La teoría keynesiana se impuso en un principio porque era mucho mejor que la ortodoxia clásica a la hora de dar sentido al mundo que nos rodea, y la crítica de Friedman a Keynes adquirió tanta influencia porque supo detectar los puntos débiles del keynesianismo. Y sólo a modo de aclaración: aunque este artículo sostiene que Friedman estaba equivocado en algunos aspectos, y a veces parecía poco sincero con sus lectores, le considero un gran economista y un gran hombre.
Milton Friedman desempeñó tres funciones en la vida intelectual del siglo XX. Estaba el Friedman economista de economistas, que escribía análisis técnicos, más o menos apolíticos, sobre el comportamiento de los consumidores y la inflación. Estaba el Friedman emprendedor político, que pasó décadas haciendo campaña en nombre de la política conocida como monetarismo y que acabó viendo cómo la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra adoptaban su doctrina a finales de la década de 1970, sólo para abandonarla por inviable unos años más tarde. Por último, estaba el Friedman ideólogo, el gran divulgador de la doctrina del libre mercado.
¿Desempeñó el mismo hombre todas estas funciones? Sí y no. Las tres estaban guiadas por la fe de Friedman en las verdades clásicas de la economía del libre mercado. Además, su eficacia como divulgador y propagandista descansaba en parte en su merecida fama de profundo economista teórico. Pero hay una diferencia importante entre el rigor de su obra como economista profesional y la lógica más laxa y a veces cuestionable de sus pronunciamientos como intelectual público. Mientras que la obra teórica de Friedman es universalmente admirada por los economistas profesionales, hay mucha más ambivalencia respecto a sus pronunciamientos políticos y en especial su trabajo divulgativo. Y debe decirse que hay serias dudas respecto a su honradez intelectual cuando se dirigía a la masa de ciudadanos.
Pero dejemos de lado por el momento el material cuestionable y hablemos de Friedman en cuanto teórico económico. Durante la mayor parte de los dos siglos pasados, el pensamiento económico estuvo dominado por el concepto del Homo economicus. El hipotético Hombre Económico sabe lo que quiere; sus preferencias pueden expresarse matemáticamente mediante una función de utilidad, y sus decisiones están guiadas por cálculos racionales acerca de cómo maximizar esa función: ya sean los consumidores al decidir entre cereales normales o cereales integrales para el desayuno, o los inversores que deciden entre acciones y bonos, se supone que esas decisiones se basan en comparaciones de la utilidad marginal, o del beneficio añadido que el comprador obtendría al adquirir una pequeña cantidad de las alternativas disponibles.
Es fácil burlarse de este cuento. Nadie, ni siquiera los economistas ganadores del Premio Nobel, toma las decisiones de ese modo. Pero la mayoría de los economistas, yo incluido, consideramos útil al Hombre Económico, quedando entendido que se trata de una representación idealizada de lo que realmente pensamos que ocurre. Las personas tienen preferencias, incluso si esas preferencias no pueden expresarse realmente mediante una función de utilidad precisa; por lo general toman decisiones sensatas, aunque no maximicen literalmente la utilidad. Uno podría preguntarse por qué no representar a las personas como realmente son. La respuesta es que la abstracción, la simplificación estratégica, es el único modo de que podamos imponer cierto orden intelectual en la complejidad de la vida económica. Y la suposición del comportamiento racional es una simplificación especialmente fructífera.
La cuestión, sin embargo, es hasta dónde se puede llevar. Keynes no atacó de lleno al Hombre Económico, pero a menudo recurría a teorías psicológicas verosímiles y no a un cuidadoso análisis de qué haría una persona que tomara decisiones racionales. Las decisiones empresariales estaban guiadas por impulsos viscerales (animal spirits); las decisiones de consumo, por una tendencia psicológica a gastar parte, pero no la totalidad, de un aumento de la renta; los acuerdos salariales, por un sentido de la equidad, y así sucesivamente.
¿Pero era realmente una buena idea reducir tanto la función del Hombre Económico? No, decía Friedman, que en un artículo de 1953 titulado The methodology of positive economics [La metodología de la economía positiva] sostenía que las teorías económicas no deberían juzgase por su realismo psicológico, sino por su capacidad para predecir el comportamiento. Y los dos mayores triunfos de Friedman como economista teórico procedieron de aplicar la hipótesis del comportamiento racional a cuestiones que otros economistas habían considerado fuera del alcance de dicha hipótesis.
En un libro de 1957 titulado Una teoría de la función del consumo -no exactamente un título que agradara a las masas, pero sí un tema importante-, Friedman sostenía que el mejor modo de entender el ahorro y el gasto no es, como había hecho Keynes, recurrir a una teorización psicológica laxa, sino, por el contrario, pensar que los individuos hacen planes racionales sobre cómo gastar su riqueza a lo largo de la vida. Ésta no era necesariamente una idea antikeynesiana; de hecho, el gran economista keynesiano Franco Modigliani planteó de manera simultánea e independiente el mismo argumento, incluso con más cuidado, al considerar el comportamiento racional, en colaboración con Albert Ando. Pero sí señalaba un retorno a los modos de pensar clásicos, y funcionaba. Los detalles son un poco técnicos, pero la "hipótesis de la renta permanente" planteada por Friedman y el "modelo del ciclo vital" de Ando y Modigliani resolvían varias paradojas aparentes sobre la relación entre renta y gasto, y todavía hoy siguen constituyendo las bases de cómo estudian los economistas el gasto y el ahorro.
El trabajo sobre el comportamiento de los consumidores habría forjado por sí solo la fama académica de Friedman. Sin embargo, obtuvo un triunfo al aplicar la teoría del Hombre Económico a la inflación. En 1958, el economista neozelandés A. W. Phillips señalaba que existía una correlación histórica entre el desempleo y la inflación, de modo que la inflación iba asociada a un bajo desempleo y viceversa. Durante un tiempo, los economistas trataron esta correlación como si fuera una relación fiable y estable. Esto provocó un debate serio sobre qué punto de la curva de Phillips debería escoger el Gobierno. ¿Debería Estados Unidos, por ejemplo, aceptar una tasa de inflación más alta para alcanzar una tasa de desempleo más baja?
En 1967, sin embargo, Friedman pronunciaba ante la Asociación Económica Estadounidense una conferencia presidencial en la que sostenía que la correlación entre inflación y desempleo, aun siendo visible en los datos, no representaba una verdadera compensación, al menos no a largo plazo. "Siempre hay", decía, "una compensación temporal entre inflación y desempleo; no hay una compensación permanente". En otras palabras, si los políticos intentaran mantener el desempleo bajo mediante una política de generar mayor inflación, sólo conseguirían un éxito temporal. Según Friedman, el desempleo acabaría por aumentar de nuevo, incluso con una inflación elevada. En otras palabras, la economía sufriría la situación que Paul Samuelson más tarde denominaría "estanflación".
¿Cómo llegó Friedman a esta conclusión? (Edmund S. Phelps, premio Nobel de Economía de este año, había llegado de manera simultánea e independiente al mismo resultado). Como en el caso de su trabajo sobre el comportamiento de los consumidores, Friedman aplicó la idea del comportamiento racional. Sostenía que después de un periodo de inflación sostenido, las personas introducirían las expectativas de inflación futura en sus decisiones, lo cual anularía cualquier efecto positivo de la inflación sobre el empleo. Por ejemplo, una de las razones por las que la inflación puede aumentar el empleo es que contratar a más trabajadores se vuelve más rentable cuando los precios suben más que los salarios. Pero en cuanto los trabajadores comprenden que el poder de adquisición de sus salarios se verá erosionado por la inflación, exigen por adelantado acuerdos de subida salarial más elevados, para que los salarios alcancen el mismo nivel que los precios. En consecuencia, cuando la inflación se mantiene durante un tiempo, ya no proporciona el mismo impulso al empleo que al principio. De hecho, se producirá un aumento del desempleo si la inflación no cumple las expectativas.
En el momento en que Friedman y Phelps propusieron sus ideas, Estados Unidos tenía poca experiencia con la inflación sostenida. De modo que ésta fue verdaderamente una predicción, en lugar de un intento de explicar el pasado. Sin embargo, en la década de 1970, la inflación persistente puso a prueba la hipótesis de Friedman-Phelps. Sin duda, la correlación histórica entre inflación y desempleo se rompió exactamente como Friedman y Phelps habían predicho: en la década de 1970, mientras la tasa de inflación superaba el 10%, la tasa de desempleo era tan elevada o más que en las décadas de 1950 y 1960, unos años de precios estables. Al fin la inflación se controló en la década de 1980, pero sólo después de un doloroso periodo de desempleo extremadamente elevado, el peor desde la Gran Depresión.
Al predecir el fenómeno de la estanflación, Friedman y Phelps alcanzaron uno de los grandes triunfos de la economía de posguerra. Este triunfo, más que ninguna otra cosa, confirmó a Milton Friedman en su categoría de grande entre los economistas, independientemente de lo que pudiera pensarse de sus demás funciones.
Una interesante anotación: aunque avanzó mucho en la aplicación del concepto de racionalidad individual a la macroeconomía, también sabía dónde parar. En la década de 1970, algunos economistas llevaron más lejos aún el análisis de Friedman, llegando a sostener que no hay una compensación útil entre inflación y desempleo ni siquiera a corto plazo, porque los ciudadanos anticiparán las acciones del Gobierno y aplicarán esa anticipación, así como la experiencia pasada, al establecimiento de precios y a las negociaciones salariales. Esta doctrina, conocida como las "expectativas racionales", se extendió por buena parte de la economía académica. Pero Friedman nunca la aceptó. Su sentido de la realidad le advertía de que esto era llevar demasiado lejos la idea del Homo economicus. Y así se demostró: la conferencia pronunciada por Friedman en 1967 ha superado la prueba del tiempo, mientras que las opiniones más extremas propuestas por los teóricos de las expectativas racionales en los años setenta y ochenta no la han superado.
"A Milton todo le recuerda la oferta monetaria. Bien, a mí todo me recuerda el sexo, pero no lo pongo por escrito", escribía en 1966 Robert Solow, del MIT. Durante décadas, la imagen pública y la fama de Milton Friedman se definieron en gran medida por sus pronunciamientos sobre la política monetaria y su creación de la doctrina conocida como monetarismo. Sorprende darse cuenta, por tanto, de que el monetarismo se considera en gran medida un fracaso, y que parte de lo dicho por Friedman sobre el dinero y la política monetaria -al contrario que lo que dijo acerca del consumo y la inflación- parece haber sido engañoso, y quizá de manera deliberada.
Para comprender de qué trataba el monetarismo, lo primero que hay que saber es que la palabra dinero no significa exactamente lo mismo en economía que en el lenguaje común. Cuando los economistas hablan de oferta monetaria
[en inglés, money supply, oferta de dinero] no se refieren a riqueza en el sentido habitual. Sólo se refieren a esas formas de riqueza que pueden usarse de manera más o menos directa para comprar cosas. La moneda -trozos de papel con retratos de presidentes muertos- es dinero, y también los depósitos bancarios contra los que se pueden extender cheques. Pero las acciones, los bonos y los bienes raíces no son dinero, porque hay que convertirlos en efectivo o en depósitos bancarios antes de poder usarlos para hacer compras.
Si la oferta monetaria constara sólo de moneda, estaría bajo el control directo del Gobierno, o más precisamente, de la Reserva Federal, un organismo monetario que, como sus homólogos los bancos centrales de muchos otros países, está institucionalmente un poco separado del Gobierno propiamente dicho. El hecho de que la oferta de dinero incluya también los depósitos bancarios complica un poco la realidad. El banco central sólo tiene control directo sobre la base monetaria -la suma de moneda en circulación, la moneda que los bancos tienen en sus cámaras acorazadas y los depósitos que los bancos guardan en la Reserva Federal-, pero no sobre los depósitos que los ciudadanos tienen en los bancos. En circunstancias normales, sin embargo, el control directo de la Reserva Federal sobre la base monetaria basta para darle también un control efectivo sobre la oferta monetaria total.
Antes de Keynes, los economistas consideraban la oferta monetaria una herramienta primordial de la gestión económica. Pero él sostenía que en condiciones de depresión, cuando los tipos de interés son muy bajos, los cambios en la oferta monetaria tienen pocas consecuencias sobre la economía. La lógica era la siguiente: cuando los tipos de interés son del 4% o del 5%, nadie quiere que su dinero quede ocioso. Pero en una situación como la de 1935, cuando el tipo de interés de las letras del Tesoro a tres meses era sólo del 0,14%, hay muy poco incentivo para asumir el riesgo de poner el dinero a trabajar. El banco central podría tratar de estimular la economía acuñando grandes cantidades de moneda adicional; pero si el tipo de interés es ya muy bajo, es probable que el efectivo adicional languidezca en las cámaras acorazadas de los bancos o debajo de los colchones. En consecuencia, Keynes sostenía que la política monetaria, un cambio en la oferta de dinero circulante para gestionar la economía, sería ineficaz. Y por eso, él y sus seguidores creían que hacía falta una política presupuestaria -en especial un aumento del gasto público- para sacar a los países de la Gran Depresión.
¿Por qué es esto importante? La política monetaria es una forma de intervención pública en la economía altamente tecnocrática y en gran medida apolítica. Si la Reserva Federal decide aumentar la oferta monetaria, todo lo que hace es comprar unos cuantos bonos del Tesoro a bancos privados, y pagar los bonos mediante anotaciones en las cuentas de reserva de esos bancos: en realidad, todo lo que la Reserva Federal tiene que hacer es acuñar un poco más de base monetaria. En cambio, la política presupuestaria supone una participación mucho más profunda del sector público en la economía, a menudo de un modo cargado de ideología: si los políticos deciden usar las obras públicas para promover el empleo, tienen que decidir qué construir y dónde. Por tanto, los economistas con una inclinación al libre mercado tienden a querer creer que la política monetaria es todo lo que hace falta; los que desean un sector público más activo tienden a creer que la política presupuestaria es esencial.
El pensamiento económico tras el triunfo de la revolución keynesiana -como se refleja, por ejemplo, en las primeras ediciones del libro de texto clásico de Paul Samuelson- daba prioridad a la política presupuestaria, mientras que la política monetaria quedaba relegada a los márgenes. Como Friedman decía en la conferencia pronunciada en 1967 ante la Asociación Económica Estadounidense:
"La amplia aceptación de las opiniones entre los profesionales de la economía ha hecho que durante dos décadas, prácticamente todos menos unos cuantos reaccionarios pensaran que los nuevos conocimientos económicos habían vuelto obsoleta la política monetaria. El dinero no importaba".
Aunque esto tal vez fuese una exageración, la política monetaria no estuvo muy bien considerada en las décadas de 1940 y 1950. Friedman, sin embargo, hizo una cruzada a favor de la propuesta de que el dinero también importaba, la cual culminó con la publicación en 1963 de A monetary history of the United States, 1867-1960, en colaboración con Anna Schwartz
Aunque A monetary history of the United States es una gran obra de extraordinaria erudición, que abarca un siglo de desarrollos monetarios, su análisis más influyente y controvertido fue el relativo a la Gran Depresión. Friedman y Schwartz afirmaban que habían refutado el pesimismo de Keynes acerca de la eficacia de la política monetaria en condiciones de depresión. "La contracción" de la economía, declaraban, "es de hecho un trágico testimonio de la importancia de las fuerzas monetarias".
¿Pero qué querían decir con eso? Desde el principio, la posición de Friedman y Schwartz parecía un poco escurridiza. Y con el tiempo, la presentación que Friedman hacía de la historia se hizo más grosera, no más sutil, y acabó pareciendo -no hay otra forma de decirlo- intelectualmente corrupta.
Al interpretar los orígenes de la Gran Depresión es crucial distinguir entre la base monetaria (dinero más reservas bancarias), que la Reserva Federal controla directamente, y la oferta monetaria (dinero más depósitos bancarios). La base monetaria aumentó durante los primeros años de la Gran Depresión, subiendo de una media de 6.050 millones de dólares en 1929 a una media de 7.020 millones en 1933. Pero la oferta monetaria cayó drásticamente, de 26.600 millones a 19.900 millones de dólares. Esta divergencia reflejaba principalmente las consecuencias de la oleada de quiebras bancarias de 1930-1931: a medida que los ciudadanos perdían la fe en los bancos, empezaron a guardar su riqueza en efectivo y no en depósitos bancarios, y los bancos que sobrevivieron empezaron a tener grandes cantidades de efectivo a mano en lugar de prestarlo, para evitar el peligro de un pánico bancario. La consecuencia fue que se hacían muchos menos préstamos y, por tanto, muchos menos gastos de los que habría habido si los ciudadanos hubieran seguido depositando el efectivo en los bancos, y los bancos hubieran seguido prestando los depósitos a las empresas. Y dado que el desplome del gasto fue la causa próxima de la depresión, el deseo repentino tanto por parte de los individuos como de los bancos de poseer más efectivo empeoró sin duda la recesión.
Friedman y Schwartz sostenían que la caída de la oferta monetaria había convertido lo que podría haber sido una recesión ordinaria en una depresión catastrófica, un argumento de por sí discutible. Pero incluso poniendo por caso que lo aceptemos, cabe preguntar si puede decirse que la Reserva Federal, que al fin y al cabo aumentó la base monetaria, provocó la caída de la oferta monetaria total. Al menos inicialmente, Friedman y Schwartz no dijeron eso. Lo que dijeron, por el contrario, fue que la Reserva Federal pudo haber prevenido la caída de la oferta monetaria, en especial acudiendo al rescate de los bancos en quiebra durante la crisis de 1930-1931. Si la Reserva Federal se hubiera apresurado a prestar dinero a los bancos en apuros, la oleada de quiebras bancarias podría haberse evitado, y eso a su vez podría haber evitado la decisión de los ciudadanos de guardar el dinero en efectivo en lugar de depositarlo en los bancos, y la preferencia de los bancos supervivientes por acumular los depósitos en sus cámaras acorazadas en lugar de prestar esos fondos. Y esto, a su vez, podría haber evitado lo peor de la depresión.
A este respecto, tal vez sea útil una analogía. Supongamos que se desata una epidemia de gripe, y que análisis posteriores indican que una acción adecuada de los centros de control de enfermedades podrían haber contenido la epidemia. Sería justo culpar a las autoridades públicas de no tomar las medidas adecuadas. Pero sería un exceso decir que el Estado causó la epidemia, o usar el fallo de esos centros para demostrar la superioridad de los mercados libres sobre el sector público.
Pero muchos economistas, y todavía más lectores legos en la materia, han interpretado que la explicación de Friedman y Schwartz significa que de hecho la Reserva Federal causó la Gran Depresión; que la depresión es en cierto sentido una demostración de los males de un Estado excesivamente intervencionista. Y en años posteriores, como he dicho, las afirmaciones de Friedman se volvieron más imprecisas, como si quisiera alimentar esta percepción errónea. En su alocución presidencial de 1967 declaraba que "las autoridades monetarias estadounidenses siguieron políticas altamente deflacionarias", y que la oferta monetaria cayó "porque el Sistema de la Reserva Federal forzó o permitió una reducción aguda de la base monetaria, al no ejercer las responsabilidades que tenía asignadas", una afirmación extraña dado que, como hemos visto, la base monetaria aumentó de hecho mientras la oferta monetaria caía. (Friedman tal vez se refiriese a dos episodios en los que la base monetaria cayó moderadamente por breves periodos, pero aun así su declaración es, como mínimo, muy engañosa).
En 1976, Friedman les decía a los lectores de Newsweek que "la verdad elemental es que la Gran Depresión se produjo por una mala gestión pública", una declaración que seguramente sus lectores interpretaron como que la depresión no se habría producido si el Estado se hubiera mantenido al margen, cuando de hecho lo que Friedman y Schwartz afirmaban era que el sector público debería haberse mostrado más activo, no menos.
¿Por qué los debates históricos sobre la función de la política monetaria en la década de 1930 importaban tanto en la de 1960? En parte porque encajaban en el programa más amplio de Friedman en contra del sector público, del que hablaremos más adelante. Pero la aplicación más directa era su defensa del monetarismo. De acuerdo con esta doctrina, la Reserva Federal debía mantener el crecimiento de la oferta monetaria en una tasa baja y constante, por ejemplo, el 3% anual, y no desviarse de ese objetivo, con independencia de lo que ocurriese en la economía. La idea era poner la política monetaria en piloto automático, eliminando cualquier poder por parte de las autoridades públicas.
El razonamiento de Friedman a favor del monetarismo era en parte económico y en parte político. Sostenía que el crecimiento constante de la oferta monetaria mantendría una economía razonablemente estable. Nunca pretendió que siguiendo esta norma se eliminarían todas las recesiones, pero sí afirmaba que las variaciones en la curva de crecimiento de la economía serían suficientemente pequeñas como para ser tolerables, de ahí la afirmación de que la Gran Depresión no habría ocurrido si la Reserva Federal hubiera seguido una norma monetarista. Y junto a esta fe con reservas en la estabilidad de la economía con un régimen monetario se daba su desprecio sin reservas hacia la capacidad de los directivos de la Reserva Federal para hacerlo mejor si se les daba poder para ello. La demostración de la falta de fiabilidad de la Reserva Federal estaba en el inicio de la Gran Depresión, pero Friedman podía señalar otros muchos ejemplos de políticas que habían salido mal. "Un régimen monetario", escribía en 1972, "aislaría la política monetaria del poder arbitrario de un pequeño grupo de hombres no sujetos al control de los electores, y de las presiones a corto plazo de la política partidista".
El monetarismo fue una fuerza poderosa en el debate económico durante unas tres décadas a partir de que Friedman expusiera por primera vez su doctrina en Un programa de estabilidad monetaria y reforma bancaria, publicado en 1959. Hoy, sin embargo, es una sombra de lo que era, por dos razones principales.
En primer lugar, cuando Estados Unidos y Reino Unido intentaron poner en práctica el monetarismo a finales de los setenta, los resultados fueron decepcionantes: en ambos países, el crecimiento constante de la oferta monetaria no consiguió impedir recesiones graves. La Reserva Federal adoptó oficialmente objetivos monetarios al estilo Friedman en 1979, pero los abandonó de hecho en 1982, cuando la tasa de desempleo superó el 10%. Este abandono se hizo oficial en 1984, y desde entonces la Reserva Federal realiza precisamente el tipo de afinación discrecional que Friedman condenaba. Por ejemplo, en 2001 respondía a la recesión reduciendo los tipos de interés y permitiendo que la oferta monetaria creciese a ritmos que en ocasiones superaban el 10% anual. Cuando se convenció de que la recuperación era sólida, la Reserva Federal cambió el rumbo, subiendo los tipos de interés y permitiendo que el crecimiento de la reserva monetaria cayese a cero.
En segundo lugar, desde comienzos de la década de 1980, la Reserva Federal y sus homólogos de otros países han realizado un trabajo razonablemente bueno, debilitando la imagen que Friedman daba de los banqueros centrales, a los que consideraba chapuceros irredimibles. La inflación se mantiene baja, las recesiones -excepto en Japón, país del que hablaremos enseguida- han sido relativamente breves y leves. Y todo esto ha ocurrido a pesar de las fluctuaciones de la oferta monetaria, que horrorizaban a los monetaristas y que los llevaron -incluso a Friedman- a predecir desastres que no llegaron a materializarse. Como señalaba David Warsh, de The Boston Globe, en 1992, "Friedman despuntó su lanza prediciendo la inflación en la década de 1980, durante la que se equivocó profunda y frecuentemente".
En 2004, el Informe Económico del Presidente, escrito por los muy conservadores economistas del Gobierno de Bush, podía no obstante hacer la altamente antimonetarista declaración de que "una política monetaria audaz", no estable ni constante, sino audaz, "puede reducir la profundidad de una recesión".
Ahora, unas palabras sobre Japón. Durante la década de 1990, Japón experimentó una especie de reproducción a pequeña escala de la Gran Depresión. La tasa de desempleo nunca llegó a los niveles de la Depresión, gracias a un enorme gasto en obras públicas que hizo que cada año Japón, con menos de la mitad de población, vertiese más cemento que Estados Unidos. Pero las condiciones de tipos de interés muy bajos que se dieron en la Gran Depresión reaparecieron con fuerza. Hacia 1998, el tipo del dinero a la vista, los tipos de los préstamos a un día entre bancos, era literalmente cero.
Y en esas condiciones, la política monetaria resultó tan ineficaz como Keynes había afirmado que lo fue en los años treinta. El Banco de Japón, el equivalente japonés a la Reserva Federal, podía aumentar la base monetaria, y lo hizo. Pero los yenes añadidos se guardaban, no se gastaban. Los únicos bienes de consumo duradero que se vendían bien, me dijeron por aquel entonces algunos economistas japoneses, eran las cajas fuertes. De hecho, el Banco de Japón se vio incapaz siquiera de aumentar la oferta monetaria tanto como deseaba. Puso en circulación enormes cantidades de efectivo, pero las medidas más generales de oferta monetaria crecieron muy poco. Por fin, hace dos años, iniciaba una recuperación económica, impulsada por una recuperación de la inversión empresarial para aprovechar las nuevas oportunidades tecnológicas. Pero la política monetaria nunca consiguió arrancar.
En efecto, Japón en los años noventa brindó una nueva oportunidad para poner a prueba las opiniones de Friedman y Keynes respecto a la eficacia de la política monetaria en condiciones de depresión. Y claramente los resultados respaldaban el pesimismo de Keynes y no el optimismo de Friedman.
En 1946, Milton Friedman debutó como divulgador de la economía del libre mercado con un panfleto titulado Roofs or Ceilings: The Current Housing Problema
[Tejados o techos: el actual problema de la vivienda], escrito en colaboración con George J. Stigler, que más tarde se uniría a él en la Universidad de Chicago. El panfleto, un ataque contra el control de los alquileres, que todavía era universal inmediatamente después de la II Guerra Mundial, se publicó en circunstancias bastante extrañas: era una publicación de la Fundación para la Educación Económica, organización que, como Rick Perlstein escribe en Before the Storm (2001), su libro sobre los orígenes del movimiento conservador actual, "difundía un evangelio libertario tan drástico que rondaba el anarquismo". Robert Welch, fundador de la John Birch Society, era miembro de su consejo directivo. Esta primera aventura en la popularización del libre mercado anticipaba de dos maneras el curso de la evolución de Friedman como intelectual público a lo largo de las seis décadas siguientes.
En primer lugar, el panfleto demostraba la especial voluntad de Friedman de llevar las ideas del libre mercado hasta sus límites lógicos. Ni la idea de que los mercados son medios eficientes de asignar bienes escasos ni la propuesta de que los controles de precios crean escaseces e ineficacias eran nuevas. Pero muchos economistas, temiendo la reacción negativa contra una subida repentina de los alquileres (que Friedman y Stigler predecían que sería del 30% para el país en su conjunto), podrían haber propuesto una especie de transición gradual a la liberalización. Friedman y Stigler quitaban hierro a esas preocupaciones.
En décadas posteriores, esta tozudez se convertiría en uno de los sellos característicos de Friedman. Una y otra vez pedía soluciones de mercado a problemas -educación, atención sanitaria, tráfico de drogas ilegales- que en opinión de casi todos los demás exigían una intervención estatal extensa. Algunas de sus ideas han sido objeto de aceptación generalizada, como sustituir las normas rígidas sobre contaminación por un sistema de permisos de contaminación que las empresas pueden comprar y vender. Otras, como los cheques escolares, tienen un amplio respaldo en el movimiento conservador, pero no han avanzado mucho políticamente. Y algunas de sus propuestas, como eliminar los procedimientos de concesión de licencia para los médicos y abolir la Administración de Alimentos y Medicamentos, las consideran estrambóticas incluso la mayoría de los conservadores.
En segundo lugar, el panfleto demostraba lo bueno que Friedman era como divulgador. Está escrito de manera elegante y sagaz. No hay jerga; los argumentos se presentan con ejemplos del mundo real inteligentemente escogidos, desde la rápida recuperación de San Francisco tras el terremoto de 1906 hasta los problemas de un ex combatiente en 1946, recién licenciado del ejército, para encontrar un lugar decente donde vivir. El mismo estilo, mejorado por la imagen, marcaría la celebrada serie televisiva de Friedman en la década de 1980 Free to choose
[Libre para elegir].
Hay muchas probabilidades de que la gran oscilación hacia las políticas liberales que se produjeron en todo el mundo a comienzos de la década de 1970 se hubiera dado aunque Milton Friedman no hubiese existido. Pero su incansable y brillantemente eficaz campaña a favor de los libres mercados seguramente ayudó a acelerar el proceso, tanto en Estados Unidos como en todo el mundo. Desde cualquier punto de vista -proteccionismo frente a libre comercio; reglamentación frente a liberalización; salarios establecidos mediante convenio colectivo y salarios mínimos obligatorios frente a salarios establecidos por el mercado-, el mundo ha avanzado en la misma dirección que Friedman. E incluso más llamativa que su logro en lo referente a los cambios de la política real ha sido la transformación de la opinión general: la mayoría de las personas influyentes se han convertido hasta tal punto al modo de pensar de Friedman que simplemente se da por sentado que el cambio de políticas económicas promovido por él ha sido una fuerza positiva. ¿Pero lo ha sido?
Consideremos en primer lugar los resultados macroeconómicos de la economía estadounidense. Tenemos datos de la renta real -es decir, teniendo en cuenta la inflación- de las familias estadounidenses entre 1947 y 2005. Durante la primera mitad de ese periodo de 55 años, desde 1947 hasta 1976, Milton Friedman era una voz que predicaba en el desierto, cuyas ideas no eran tenidas en cuenta por los políticos. Pero la economía, a pesar de todas las ineficacias que él denunciaba, mejoró enormemente el nivel de vida de la mayoría de los estadounidenses: la renta media real se duplicó con creces. Por contraste, en el periodo transcurrido desde 1976, las ideas de Friedman se han ido aceptando cada vez más; aunque siguió habiendo intervención pública de sobra para que él pudiera quejarse, no cabe duda de que las políticas de libre mercado se generalizaron mucho más. Pero el aumento del nivel de vida ha sido mucho menos fuerte que durante el periodo anterior: en 2005, la renta media real sólo era un 23% superior a la de 1976.
Parte de la razón de que a la segunda generación de posguerra no le fuese tan bien como a la primera era la tasa total de crecimiento económico más lenta, un hecho que tal vez sorprenda a quienes suponen que la tendencia hacia el libre mercado ha aportado mayores dividendos económicos. Pero otra razón importante del retraso en el nivel de vida de la mayoría de las familias es un incremento espectacular de la desigualdad económica: durante la primera generación de posguerra, el aumento de la renta se extendió ampliamente a toda la población, pero desde finales de la década de 1970, la mediana de la renta, la renta de la familia típica, sólo ha subido la tercera parte de la renta media, que incluye la gran subida experimentada por las rentas de la pequeña minoría situada en lo más alto de la pirámide.
Esto plantea una cuestión interesante. Milton Friedman solía asegurar a su público que no hacía falta ninguna institución especial, como el salario mínimo y los sindicatos, para garantizar que los trabajadores compartiesen los beneficios del crecimiento económico. En 1976 les decía a los lectores de Newsweek que los cuentos de los perjuicios causados por los barones ladrones eran puro mito:
"Probablemente no haya habido ningún otro periodo en la historia, en este o en cualquier otro país, en el que el hombre de a pie haya experimentado una mejora tan grande de su nivel de vida como en el periodo transcurrido entre la guerra civil y la I Guerra Mundial, cuando más fuerte era el individualismo desenfrenado".
(¿Y qué hay del extraordinario periodo de 30 años posterior a la II Guerra Mundial, que abarcó buena parte de la trayectoria profesional del propio Friedman?). Sin embargo, en las décadas que siguieron a ese pronunciamiento, mientras se permitía que el salario mínimo cayese por debajo de la inflación y los sindicatos desaparecían en gran medida como factor importante en el sector privado, los trabajadores estadounidenses veían cómo sus fortunas iban a la zaga del crecimiento de la economía en general. ¿Era Friedman demasiado optimista respecto a la generosidad de la mano invisible?
Para ser justos, hay muchos factores que afectan tanto al crecimiento económico como a la distribución de la renta, por lo que no podemos culpar a las políticas friedmanistas de todas las decepciones. Aun así, dada la suposición común de que el cambio a las políticas de libre mercado ha hecho grandes cosas por la economía estadounidense y por el nivel de vida de los estadounidenses corrientes, es asombroso el poco respaldo que los datos proporcionan a esa afirmación.
Dudas similares respecto a la falta de pruebas claras de que las ideas de Friedman funcionan de hecho en la práctica se pueden encontrar, todavía con más fuerza, en Latinoamérica. Hace una década era normal citar el éxito de la economía chilena, en la que los asesores de Augusto Pinochet, educados en Chicago, se habían pasado a las políticas del libre mercado después de que Pinochet se hiciera con el poder en 1973, como prueba de que las políticas inspiradas por Friedman mostraban la senda hacia un próspero desarrollo económico. Pero aunque otros países latinoamericanos, desde México hasta Argentina, han seguido el ejemplo de Chile en la liberación del comercio, la privatización de empresas y la liberalización, la historia de éxito chilena no se ha repetido.
Por el contrario, la percepción de la mayoría de los latinoamericanos es que las políticas neoliberales han sido un fracaso: el prometido despegue del crecimiento económico nunca llegó, mientras que la desigualdad de la renta ha empeorado. No quiero culpar de todo lo que ha salido mal en Latinoamérica a la Escuela de Chicago, ni idealizar lo sucedido antes, pero hay un asombroso contraste entre la percepción que Friedman defendía y los resultados reales de las economías que se pasaron de las políticas intervencionistas de las primeras décadas de posguerra a la liberalización.
Centrándonos más estrictamente en el tema, uno de los principales objetivos de Friedman era la, en su opinión, inutilidad y naturaleza contraproducente de la mayor parte de la reglamentación pública. En una necrológica para su colaborador George Stigler, Friedman elogiaba en concreto la crítica de Stigler a la normativa sobre la electricidad, y su argumento de que los reguladores normalmente acaban sirviendo a los intereses de los regulados y no a los de los ciudadanos. ¿Cómo ha funcionado entonces la liberalización?
Empezó bien, comenzando con la liberalización del transporte por carretera y de las aerolíneas a finales de la década de 1970. En ambos casos, la liberalización, aunque no contentó a todos, aumentó la competencia, en general bajó los precios, y aumentó la eficacia. La liberalización del gas natural también fue un éxito.
Pero la siguiente gran oleada de liberalización, la del sector eléctrico, fue otra historia. Al igual que la depresión japonesa de la década de 1990, demostraba que las preocupaciones keynesianas por la eficacia de la política monetaria no eran un mito; la crisis de la electricidad en California en 2000 y 2001 -en la que las compañías eléctricas y las distribuidoras de energía crearon una escasez artificial para hacer subir los precios- nos recordó la realidad que había tras los cuentos de los barones ladrones y sus depredaciones. Aunque otros Estados no sufrieron una crisis tan grave como la de California, en todo el país la liberalización de la electricidad supuso un aumento, no una disminución, de los precios, y unos beneficios enormes para las compañías eléctricas.
Aquellos Estados que, por la razón que fuera, no se subieron al vagón de la liberalización en la década de 1990 se consideran ahora afortunados. Y las más afortunadas son aquellas ciudades que por algún motivo no recibieron el memorando sobre los males del sector público y las bondades del sector privado, y siguen teniendo compañías eléctricas públicas. Todo esto demuestra que los argumentos originales a favor de la reglamentación eléctrica -la observación de que sin reglamentación las compañías eléctricas tendrían demasiado poder monopolístico- siguen siendo tan válidos como siempre.
¿Debería esto llevarnos a la conclusión de que la liberalización es siempre mala idea? No. Depende de los detalles específicos. Deducir que la liberalización es siempre y en todas partes una mala idea sería incurrir en el mismo tipo de pensamiento absolutista que, se podría decir, fue el mayor defecto de Milton Friedman.
En la reseña de 1965 sobre Monetary history, de Friedman y Schwartz, el fallecido premio Nobel James Tobin acusaba levemente a los autores de ir demasiado lejos. "Considérense las siguientes tres proposiciones", escribía. "El dinero no importa. Sí que importa. El dinero es lo único que importa. Es demasiado fácil deslizarse de la segunda proposición a la tercera". Y añadía que "en su celo y euforia", eso es lo que muy a menudo hacían Friedman y sus seguidores.
La defensa del laissez-faire por parte de Milton Friedman parece haber seguido una secuencia similar. Después de la Gran Depresión, muchos empezaron a decir que los mercados nunca pueden funcionar. Friedman tuvo la valentía intelectual de decir que los mercados sí funcionan, y sus dotes teatrales, unidas a su habilidad para organizar datos objetivos, lo convirtieron en el mejor portavoz de las virtudes del libre mercado desde Adam Smith. Pero caía con demasiada facilidad en la afirmación de que los mercados siempre funcionan y que son lo único que funciona. Es extremadamente difícil encontrar casos en los que Friedman reconociese la posibilidad de que los mercados pudieran funcionar mal, o de que la intervención pública podía ser útil.
El absolutismo liberal de Friedman ha contribuido a crear un clima intelectual en el que la fe en los mercados y el desdén por el sector público a menudo se imponen a los datos objetivos. Los países en vías de desarrollo se apresuraron a abrir sus mercados de capitales, a pesar de las advertencias de que eso podría exponerlos a crisis financieras; después, cuando las crisis llegaron como era previsible, muchos observadores culparon a los Gobiernos de esos países, no a la inestabilidad de los flujos de capital internacionales. La liberalización de la electricidad se produjo a pesar de las claras advertencias de que el poder de monopolio podría ser un problema; de hecho, al tiempo que la crisis de la electricidad en California seguía su evolución, la mayoría de los analistas quitaban importancia a las preocupaciones por el posible amaño de los precios alegando que no eran más que teorías de conspiración descabelladas. Los conservadores siguen insistiendo en que el libre mercado es la respuesta a la crisis sanitaria, frente a las abrumadoras pruebas en contra.
Lo extraño del absolutismo de Friedman respecto a las virtudes de los mercados y los vicios del Estado es que en su trabajo como economista teórico era de hecho un modelo de comedimiento. Como ya he señalado, hizo grandes contribuciones a la teoría económica al resaltar la importancia de la racionalidad individual, pero, a diferencia de algunos de sus colegas, sabía cuándo parar. ¿Por qué no mostró el mismo comedimiento en su papel de intelectual público?
La respuesta, sospecho, es que se vio atrapado en una función esencialmente política. Milton Friedman, el gran economista, sabía reconocer la ambigüedad y la reconocía. Pero de Milton Friedman, el gran defensor de la libertad de mercado, se esperaba que predicase la verdadera fe, no que manifestase sus dudas. Y acabó desempeñando la función que sus seguidores esperaban. A consecuencia de ello, la refrescante iconoclasia de los primeros años de su carrera se convirtió con el tiempo en una rígida defensa de algo que se había convertido en la nueva ortodoxia.
A la larga, a los grandes hombres se les recuerda por sus virtudes y no por sus defectos, y Milton Friedman fue de hecho un hombre muy grande, un hombre de valentía intelectual que fue uno de los pensadores económicos más importantes de todos los tiempos, y posiblemente el más brillante comunicador de las ideas económicas a los ciudadanos en general que jamás haya existido. Pero hay buenas razones para sostener que el friedmanismo, al final, fue demasiado lejos, como doctrina y en sus aplicaciones prácticas. Cuando Friedman inició su trayectoria como intelectual público, había llegado la hora de llevar a cabo una contrarreforma contra el keynesianismo, y todo lo que eso conllevaba. Pero lo que el mundo necesita ahora, diría yo, es una contra-contrarreforma. -paul
krugman
Paul Krugman es profesor de Economía en la Universidad de Princeton y premio Nobel de Economía 2008. © New York Times Service, 2008. Traducción de News Clips.

jueves, 14 de febrero de 2013

El MAC-Lima abrió sus puertas


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inauguracion MAC barranco

Luego de muchos años de ver la construcción del MAC por fin se inauguro, ahora Lima cuenta con su primer Museo de Arte Contemporaneo.

La ceremonia de inauguración del MAC–Lima –que tiene como objetivo realizar la divulgación del arte contemporáneo– contó  con la presencia del ministro de Cultura, Luis Peirano; la alcaldesa de Lima Metropolitana, Susana Villarán; la alcaldesa de Barranco, Jéssica Vargas; el presidente del IAC, Jorge Gruengberg; el director del MAC-Lima, Álvaro Roca-Rey; el vicepresidente de la Fundación BBVA Continental, Mario Brescia; el presidente de la UTEC, Eduardo Hochschild; y el fundador del IAC, Fernando de Szyszlo.

El MAC-Lima comprenderá exposiciones de perfil temporal, así como exhibiciones de carácter permanente nacional y extranjero y la presencia de muestras artísticas de forma itinerante, como resultado de intercambios expositivos con otras instituciones artísticas.
“Estas (muestras) estarán trabajadas mediante curadurías internas y externas y por curadores nacionales o extranjeros.  Esta labor se completará con cursos, conferencias, proyecciones, danza, etc. por eso hemos abierto las Aulas para la Enseñanza y Departamento de Colecciones y Bienes Artísticos”, señaló el director del MAC-Lima Álvaro Roca Rey.
Solo esperamos que busquen curadores nacionales para que escogan curadores de nivel, no digo que no los existan pero a veces parece que la exgeración por la busqueda de lo original y moderno nos muesra cada tropezón y mala desición de muchos de estos.
En el cóctel de apertura se mostro las exposiciones: “Caja 3D / la última cena” (en el Espacio 1), la exposición Colección del IAC Nro. 1 (en el Espacio 2) y la exposición Lima 04 (en el Espacio 3)

MAC-Lima. Av. Grau, 1511, Barranco. El ingreso es gratuito.

Pintor amazónico Sixto Sarín será condecorado en Lima

Por su contribución a la cultura amazónica a través de su arte, el pintor Sixto Saurín Púa, será condecorado por el Ministerio de la Cultura y por fundaciones internacionales el 17 de marzo próximo. El acto se desarrollará en la conocida galería de arte privado “La Galería del Barrio”, que queda en el distrito limeño de Chorrillos.

El artista amazónico ha mostrado su satisfacción porque será el primer pintor de esta parte del país que tendrá el honor de presentar sus cuadros en una de las galerías más grandes del Perú y la más elitista según refiere.
Saurín Púa, dice que la exposición que se realizará del 15 al 30 de marzo en la “Galería del Barrio”, se denominará “Alegorías Amazónicas”, cuyo artista principal será Saurín.
Sin embargo, otros artistas connotados de la Amazonía tendrán la oportunidad de exponer sus artes.
Finalmente, Sixto Saurín, agradece a las autoridades del Gobierno, así como a las fundaciones Internacionales como es el caso de “Era Amazonía”, por reconocer al artista en el momento indicado y no cuando está cerca de Dios.

Pintores Uruguayos: MANOLO LIMA

paisaje aduanero


Manolo Lima, nacido como Manuel Vicente Lima  (1919-1990), uruguayo. Estudia con Joaquín Torres García y desarrolla una obra figurativa de retratos, desnudos de delicada sensualidad y marinas, realizados con buen dominio de la composición y el color.



desnudo
una muchacha
una joven
una mujer sentada