viernes, 8 de mayo de 2015

¿Quién matará al libro (en el Perú)?




No será el libro electrónico. Será la prensa chicha. Veamos cómo. En el 2003 una ley exoneró de IGV a los libros y otorgó aranceles especiales a su importación por doce años. La ley vence en octubre. Si no se prorroga, los libros nacionales costarán un 18% más y los libros importados entre el 30% y el 33% más. ¿Ese libro que no te compras porque cuesta 60 soles? Pide prestado y cómpralo: pronto costará 80. La décima parte de tu sueldo mínimo.
En el Perú, donde el 65% de los adultos no lee libros y el promedio de lectura anual es de un libro por persona (la quinta parte que Argentina o Chile; la décima parte que España), esa ley no parece comprometer ni la economía ni las costumbres de muchos. Pero en un país que quiere dejar de ser así, esa ley es mortal y amenaza con abolir el acceso a la lectura de las pocas personas de clase media y baja que aún lo tienen.
El peruano, como cualquiera, busca información y educación y las encuentra leyendo. Pero, dados los precios y la pobreza del país, ha reemplazado los libros con periódicos. Si estamos en los últimos lugares de la tabla iberoamericana de lectores de libros, estamos, en cambio, en el primer lugar de la tabla de lectores de diarios. Mientras que apenas el 36% de los chilenos y el 18% de los mexicanos lee la prensa diaria, el 71% de los peruanos lo hace.
Ese dato no es un consuelo. Es una desgracia mayor, considerando el nivel general de nuestra prensa y tres datos escalofriantes: que tres de cada cuatro lectores de diarios peruanos leen prensa chicha; que más de dos millones y medio leen Trome y que más del 75% de la prensa la controla una sola corporación. No tenemos nada que legítimamente reemplace al libro como instrumento de aprendizaje y reflexión. Mientras nos preguntamos, como buenos esnobs, si el libro electrónico matará al libro impreso, en el Perú el Congreso y la prensa chicha están a punto de hacerlo y, con la excepción de la Cámara Peruana del Libro, pocos parecen preocupados.



Gustavo Faverón

Nació en Lima y creció en La Punta. Escritor, periodista y crítico literario, es autor de la novela El anticuario (Lima: Peisa, 2011), traducida al inglés, turco, árabe, chino y japonés y reeditada próximamente en español por Candaya en Barcelona. También es autor del libro de historia Rebeldes (Madrid: Tecnos, 2006) y el libro de teoría literaria Contra la alegoría (Zurich: Olms Verlag, 2011). Ha editado dos célebres volúmenes colectivos: Toda la sangre: cuentos peruanos de la violencia política (Lima: Matalamanga, 2006) y, junto con Edmundo Paz Soldán, Bolaño salvaje (Barcelona: Candaya, 2008; edición aumentada el 2013; edición italiana el 2013). Estudió literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú y una maestría y un doctorado en literaturas hispanas, con subespecialidad en literaturas comparadas, en Cornell University. Como periodista, ha sido editor de la revista Somos, del diario El Comercio. Ha publicado artículos, estudios, crónicas y columnas de opinión en medios de Perú, Chile, México, Bolivia, Argentina, Estados Unidos, Canadá y España, incluyendo Strand, Asymptote, The Daily Kos, Largehearted Boy, Cuadernos Hispanoamericanos, Revista Hispánica Moderna, Revista Iberoamericana, Quimera, Hueso Húmero, Etiqueta Negra, Buensalvaje, Velaverde, Soho, Dedo Medio, Caretas, Quehacer, Chasqui, etc. Críticas muy positivas de su obra han aparecido en The New York Times, Kirkus, Publishers Weekly, Library Journal, Los Angeles Times, Booklist, Hueso Húmero, La Tercera de Chile, entre muchos otros. Es director de la revista académica Dissidences: Hispanic Journal of Literary Theory. Desde el 2005 hasta el 2011 administró el blog Puente Aéreo, considerado por el diario español ABC como el más influyente de Hispanoamérica. Ha sido profesor de las universidades Cayetano Heredia, Stanford University y la escuela de lenguas de Middlebury College. Actualmente es profesor asociado de Bowdoin College, Maine, donde dirige el Programa de Estudios Latinoamericanos.

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